Audi S3 Cabrio: prueba en hielo

El nuevo Audi S3 Cabrio es único en su especie. No hay ningún otro compacto descapotable que ofrezca 300 CV de potencia y tracción a las cuatro ruedas en combinación con un cambio automático de doble embrague de siete velocidades. Así que, para empezar, Audi puede jactarse de ser pionero en esta clase. Como suele ser habitual en los descapotables de la marca de los aros, el S3 Cabrio cuenta con una capota de lona que sabe aislar bastante bien el exterior. Lo bueno es que no encubre los decibelios del bloque 2.0 TFSI, el mismo que monta el Volkswagen Golf R.

La capota se ofrece en tres colores y se abre y cierra en 18 segundos, incluso en marcha, siempre que no se superen los 50 km/h de velocidad. Como novedad, el Audi S3 Cabrio incorpora un sistema que dirige aire caliente al cuello del conductor y el copiloto.

Pero, ¿cómo distinguir la versión más potente del Audi A3 Cabrio? La parrilla va cromada con una inserción de color gris platino y barras transversales de aluminio. Las entradas de aire también están rodeadas por marcados bordes y en el centro incorporan nervaduras dobles y rejillas de tipo panal. Detrás, los grupos ópticos traseros son de tecnología LED y la tapa del maletero incorpora un pequeño spoiler. Además, el parachoques es de nuevo diseño y debajo de él, junto a los cuatro tubos de escape, se encuentra un pequeño difusor.

Calidad y elegancia en el interior del Audi S3 Cabrio

En el interior, el color negro es el predominante. Al igual que en todos los modelos de Audi, el manejo es sencillo y la calidad de los acabados muy alta. En las plazas traseras hay espacio para dos adultos, aunque el acceso es algo justo. Y en cuanto al volumen del maletero, este cubica 285 litros y puede ampliarse abatiendo los respaldos traseros; con la capota abierta, su volumen es de 245 litros.

Pero pasemos a la acción. El motor suena rotundo al ralentí. Tiene nada menos que ocho inyectores: cuatro para la inyección indirecta y otros cuatro para la inyección directa. Según la demanda de la aceleración la electrónica conecta una u otra. Internamente ofrece algunos cambios, en las bielas, el carter y la culata. Pongo la palanca en la posición D y acelero a fondo.

Quattro: tracción segurada

La superficie sobre la que circulo no aconseja ser demasiado agresivo ni con el pie derecho ni con la dirección. Hay -4 grados fuera del coche y una manto blanco sobre el asfalto. ¿Mis dos mejores aliados? Neumáticos con clavos y una tracción quattro que hace que todo mucho más fácil. Este lleva un acoplamiento al eje delantero mediante un embrague multidisco que varía el envío de par en función del eje que tenga más adherencia.

El conductor no tiene que hacer nada al volante, solo dar gas y notar como el coche siempre cuenta con tracción pese a rodar en superficies tan complicadas como esta. Tanto la dirección como el chasis (25 mm más bajo que el resto de la gama Audi A3 Cabrio) se sienten firmes y eso se agradece en un coche de estas pretensiones. de todas formas, gracias al Audi Drive Select, puedes variar el carácter del coche para cuando no quieres ir a cuchillo.

Después de unos cuantos kilómetros en estas condiciones, estoy deseando tener la oportunidad de poder probarlo con un tiempo y asfalto más cálidos. Pero saco una conclusión clara de esta pequeña toma de contacto: a estos niveles de potencia, contar con una tracción integral se hace casi obligado, ya que no hay pérdidas de tracción y cuentas con todos los caballos disponibles.