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Audi A3 TDI 150 contra BMW 118d: cambio de guión

Jorge Arenas

En esta comparativa se enfrenta el nuevo Audi A3 TDI 150 S tronic al BMW 118d Aut. Los de los cuatro aros se han puesto las pilas, conscientes de que la última generación del Serie 1 llegó muy mejorada. Ganar la batalla de los compactos es algo muy importante, así que es momento de saber si el A3 tiene argumentos suficientes para ponerse por delante de su rival.

Motorizaciones comparadas:

Hace medio año más o menos estaba sentado delante del ordenador escribiendo sobre algo muy parecido a lo que hoy tengo entre manos. Acababa de dejar las llaves de un Serie 1 (la nueva generación estaba recién salida del horno) y las de un A3, ambos diésel de entre 140 y 150 CV. Tras darle a la tecla durante un buen rato, llegué a la conclusión de que el BMW era el justo vencedor de aquel enfrentamiento, pero antes de poner fin al asunto dije que estaba convencido de que cuando el nuevo Audi saliera a la luz las cosas podrían cambiar. Bien, ese momento ha llegado y debo decir que no solo no me equivocaba, sino que me ha sorprendido bastante cómo ha cambiado el guión de esta road movie, que tiene como protagonistas a los dos compactos más deseados de nuestro mercado: el nuevo Audi A3 TDI 150 S tronic y el BMW 118d Aut.

Deseados, sí, lo que no quiere decir que sean alcanzables por la mayoría. Y es que los dos tienen un precio alto si se comparan con cualquier otro modelo de su segmento. Justificar una factura elevada siempre es complicado, pero en este caso tengo claro que tanto uno como otro valen lo que cuestan. Estoy seguro de que estos dos coches entran en el saco del "me lo compraría con los ojos cerrados" de cualquiera. La calidad juega un papel importante, no se puede negar. Pero es ese algo más, ese mimo por el detalle que deja ver las horas de trabajo extra que BMW y Audi dedican a hacer más apetecibles sus coches, lo que marca la diferencia.

Con el BMW 118d Aut. de esta generación han dado un giro importante. Lo que antes era un problema ha dejado de serlo: ahora su habitáculo es más amplio, incluido el maletero, y ya no es un coche pensado solo para manos ávidas de curvas y deportividad. El comportamiento dinámico sigue siendo muy bueno (sobre todo si eliges el chasis adaptativo opcional) y te permite divertirte y conducir cómodamente a partes iguales. Esto antes no era posible, así que en este sentido lo normal sería pensar que ha dado un paso adelante, ya que ahora puede encajar con los gustos de mayor número de clientes.

Por otra parte, la gente de Múnich se lo ha currado en el apartado del diseño interior (dejo al margen el exterior, que es más discutible). Cuando accedes al habitáculo un golpe de aire premium te envuelve nada más sentarte. No puedo ponerle peros de ningún tipo a la disposición de cada elemento de control, a la elección de los materiales, a una consola que recuerda a la del Serie 3, a la postura de conducción... Y a un sinfín de detalles que hacen del Serie 1 un coche sobresaliente.

Por supuesto, el motor diésel de 143 CV (rápido y nada sediento) y el cambio automático de convertidor de par de ocho velocidades también forman parte de esa lista. Sobre este último, que es suave y rápido, no solo deja claro que hay vida más allá del doble embrague, sino que al tener tantas relaciones te da la sensación de llevar un cambio de grupo corto (tipo coche de rallys, salvando las distancias) cuando lo manejas en modo manual/secuencial. Eso ocurre en las primeras marchas, que son muy breves; las últimas, más largas, son de desahogo total para reducir consumo a velocidad de crucero. Un diez.

Calidad de rodadura

Justo entonces llega la firma de los cuatro aros y me descoloca por completo con el nuevo Audi A3 TDI 150 S tronic, que lleva los límites de calidad de su segmento a un nuevo estadio. A pesar de ser totalmente nuevo (chasis incluido, pues se asienta sobre la plataforma modular MQB que comparte, entre otros, con el Volkswagen Golf 7), me esperaba un coche ligeramente mejorado y ya. Un cambio conservador si acaso.

Y no, la realidad es que solo aporta poca novedad en lo que tiene que ver con el espacio interior, que se mantiene casi como en el modelo anterior, porque en todo lo demás ha dado un salto importante. El diseño minimalista, limpio y funcional a tope, me atrevo a decir que mejora al del Serie 1. Y detalles como las zonas acolchadas por doquier, paneles de las puertas incluidos, hacen pensar que el A3 se quiere salir de los estándares propios del segmento compacto.

Pero la mayor diferencia de todas, lo que realmente me ha cautivado del Audi A3 TDI 150 S tronic es su calidad de rodadura. El tacto de conducción es tan bueno que deja atrás a cualquier rival. Como el BMW, el de los cuatro aros también ofrece varios modos de conducción (Drive Select), para darle diferentes personalidades, aunque en este caso sin suspensión adaptativa. La puesta a punto es más fina, va un paso más allá que en la generación anterior. La dirección, la amortiguación, la comunicación entre ambos ejes... es sensacional. Quitarle el primer puesto en dinámica al BMW era impensable hasta hace poco, pero ahora lo ha conseguido. El TDI, que rinde 150 CV, es más silencioso que el propulsor del 118d y logra unas prestaciones similares, aunque los consumos y el cambio S tronic no consiguen hilar tan fino.

Conclusión

BMW se mueve en un terreno peligroso. Ha renunciado a su tradición para ofrecer coches más amplios y menos deportivos. Muy bien hechos, eso sí, como demuestra este Serie 1, pero con los genes de la marca casi irreconocibles. Para ponerte dos ejemplos te diré que el 118d ya no es un coche de tacto muy firme y además no te deja jugar con la tracción trasera porque, aparte de tener una puesta a punto de chasis que huye del sobreviraje, la electrónica se encarga de cortarte las alas en todo momento. En el otro extremo aparece un Audi A3 2012 que es más Audi que nunca, pero bastante mejorado. La nueva generación me gusta más que la anterior en todos los sentidos. Calidad, tecnología y sensaciones de berlina de lujo en envoltorio compacto.

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