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Prueba del Aston Martin DB11 V8: ¡Inglaterra y Alemania, de la mano!

Aston Martin le coloca el motor V8 de Mercedes-AMG a su modelo más importante. Toda una declaración de intenciones.

Esta prueba del Aston Martin DB11 V8 deja clara una cosa: en el futuro, pequeñas marcas como Aston Martin están destinadas a entenderse con grandes grupos industriales. En Gaydon han elegido a Mercedes, una marca con la que comparten más de lo que parece: ambas crean deportivos discretos, lujosos pero también divertidos y con un comportamiento dinámico espectacular. El Aston Martin DB11 ya lleva muchos elementos de la marca alemana, como el navegador o diversos mandos y detalles en el interior. Hoy esa colaboración alcanza un nuevo nivel con la colocación del motor Mercedes-AMG V8 de cuatro litros y doble turbo en el DB11, una opción que dota a este ‘lord inglés’ de un carácter completamente diferente.

Pero antes de entrar en detalles técnicos o prestacionales de esta prueba, deja que primero te cuente algo clave: estéticamente los cambios son mínimos. Deberás estar muy atento para diferenciarlos si el propietario decide eliminar la chapa de identificación del motor. Hay un truco: el V12 tiene un capó con dos tomas de aire extra sobre el motor, en total cuatro. El V8 solamente tiene dos en los costados. Más allá de eso, el coche es idéntico, un coche elegante, proporcionado, pero con cierto toque agresivo que deja claro que también es un coche de altas prestaciones que quiere ser divertido, emocionante: no es un coche aburrido.

Prueba del Aston Martin DB11 con motor V8

Vídeo: prueba del Aston Martin DB11 V8

El interior del Aston Martin DB11 V8 de esta prueba es un buen ejemplo de lujo sofisticado. Las posibilidades de configuración son casi infinitas y el departamento Q by Aston Martin podrá dejar el coche completamente a tu gusto. El puesto de conducción me gusta: es bajo, pero con una buena visión general. Pese a que cualquier centímetro del habitáculo está recubierto de cuero, madera, aluminio, fibra de carbono y otros materiales nobles, el puesto de conducción está muy lejos de coches lujosos clásicos como un Bentley Continental GT o un Mercedes-AMG S63 Coupé. Está más cerca de un Mercedes-AMG GT.

El interior tiene dos pequeñas plazas traseras pero que solo podrán ser utilizadas por niños no demasiado grandes. Es un Gran Turismo de libro y se siente como tal. Te sientes bien, es un coche que te hace sentir especial: algo que parece una tontería pero que personalmente me parece clave cuando hablamos de un coche de 200.000 euros. Toca empezar la prueba del Aston Martin DB11 V8 y arranco mediante el botón en el centro del salpicadero. El motor cobra vida con un alarido muy típico de Aston Martin, contundente, constante, con un toque más agudo que el que te encuentras en un Mercedes-AMG. Esta ha sido la principal actuación de los ingenieros británicos en este bloque motor: un nuevo sistema de escape que mantenga la esencia de Aston Martin. Lo consigue.

Una cosa muy buena del Aston Martin DB11 V8 es la posibilidad de regular, por separado, la suspensión por un lado y la respuesta del motor, del cambio o del sonido del escape, por otro. Esto hace que el coche sea tremendamente versátil para satisfacer a cualquier cliente en cualquier circunstancia. Empiezo a rodar en la posición más confortable, con la suspensión y el motor en modo GT. No necesito mucho tiempo para darme cuenta que estoy en un coche para hacer kilómetros a mansalva. Es cómodo, es refinado y es rápido. Quizás el único pero para algunos pueda ser que el sonido del motor prácticamente siempre está presente, no molesta, pero se escucha. Para mi es algo bueno, pero quizás a alguien no le guste si busca el máximo confort.

El motor V8 de cuatro litros y 510 CV es una maravilla. Tiene 675 Nm de par que se encuentran disponibles desde las 2.000 hasta las 5.000 vueltas, dotando al conjunto de una gran elasticidad pero a su vez de una sensación de fuerza bajo el pedal derecho constante. Incluso en modo confort, el coche responde con fiereza cada vez que hundes el pedal derecho: a fondo, es capaz de alcanzar los 100 km/h desde parado en apenas cuatro segundos. Solamente es una décima más lento que la versión de doce cilindros y más de 600 CV. El consumo medio homologado se queda por debajo de los diez litros a los cien, con 9,9 litros, mientras que las emisiones se conforman con 230 gramos de CO2 por kilómetro. 

Creo que este motor le sienta bien, aunque al final la principal ventaja que se puede sentir a nivel dinámico es la rebaja de peso en el eje delantero de 115 kg, una diferencia que hace que el reparto de pesos varíe mucho respecto al V12: del 51-49% original a un 49-51% en el V8. Esto hace que el eje delantero sea mucho más vivo y la dirección se sienta más ágil y directa. ¡Vamos a ver si es verdad!

Coloco la suspensión en modo Sport+, hago lo mismo con el modo del motor. En milisegundos, la suspensión tiene un tarado mucho más duro, no necesitas ser un ingeniero ni un probador de la marca para sentirlo. Se siente en cada imperfección del asfalto. El sonido aumenta su potencia. Decido utilizar las maravillosas levas que tengo tras el volante, perfectas por tacto y tamaño. Vamos allá: hundo el pedal derecho y el coche sale catapultado. El cuerpo queda pegado al asiento mientras el sonido es glorioso. El coche corre, mucho, más que suficiente. La velocidad aumenta casi sin darte cuenta y en un santiamén estás lejos de los límites legales. Llegan las curvas y el coche gira prácticamente plano. Tienes que tener mucho cuidado con la velocidad con la que llega a las curvas, ya que en ningún momento el coche te da sensación de velocidad. El tacto del freno es lo que menos me convence, con un pequeño vacío de primeras y poco dosificables después. En modo GT, tranquilo, perfecto, pero me gustaría más mordiente cuando quieres pasar un buen rato.

La verdad es que el coche se comporta muy bien, especialmente para tratarse de un coche que no está pensado para ir de tramo por un puerto de montaña. Esta prueba del Aston Martin DB11 V8 me ha dejado claro que es un deportivo muy versátil, un coche que puedes utilizar de manera relajada pero que también se defiende realmente bien en curvas. Todo este cóctel se combina con un estilo absolutamente sofisticado y que hace que cualquiera que se cruce en tu camino se gire para admirarlo. ¿Todo son buenas noticias? Para nada: el Aston Martin DB11 con motor V8 empezará su comercialización en España a finales de este mismo año, con un precio que partirá en torno a los 200.000 euros. ¿Demasiado caro? Bueno: seguro que será más caro que el Mercedes-AMG GT con el mismo motor, pero al fin y al cabo, un Aston Martin puede ofrecer cosas que ningún otro fabricante puede ofrecer.

Aston Martin está siendo inteligente con el DB11. No utilizar un motor tan bueno como el V8 de cuatro litros de Mercedes-AMG sería de estúpidos: con él consigue rebajar el precio de su deportivo más vendido en mercados clave como el chino y algunos europeos. Lo hace más atractivo, más limpio, y sin perder ni un ápice de su esencia. ¡Quién hubiese dicho hace unos años que Inglaterra y Alemania se podrían entender tan bien!

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La prueba del Aston Martin DB11 demuestra que el entendimiento puede dar frutos muy interesantes: un coche británico con motor alemán. ¡Fantástico!

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