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Alfa Spider, BMW Z1 y MX-5: así se disfruta de un coche

A primera vista no pegan ni con cola. Aún así los hemos juntado: serán grandes clásicos en el futuro. Aquí te presentamos tres maneras de entender el placer de conducción puro y duro.

Motorizaciones comparadas:

Toshihiko Hirai es un héroe, porque hace 20 años se enfrentó en una lucha contra un enorme dragón llamado Mazda Marketing. Y ganó. Llevó a cabo su proyecto incluso con una terrible resistencia de la cúpula directiva: ¿Un biplaza pequeño, descapotable y deportivo? ¡Eso no lo quiere nadie hoy en día!

¡Arigato Hirai-sama! Gracias, señor Hirai, ha merecido la pena. Sólo la primera versión NA del MX-5 ha vendido 140.918 unidades desde su lanzamiento en 1989. El pequeño roadster de faros escamoteables, ideal para pasar un buen rato al volante en una carretera revirada se convirtió en un enorme éxito... Y no sólo de la gente que va “de paseo”.

A lo mejor también, porque hace 20 años sólo se encontró con un rival en Europa: el Alfa Romeo Spider. El italiano entonces ya tenia canas. En 1966 debutó como Spider Duetto y fue diseñado por Battista Pininfarina. El nombre Duetto duró igual de poco que su trasera redondeada. En 1969, los ingenieros le quitaron todas las curvas. El modelo “coda tronca” pasó a llamarse sólo Spider. Con i latina, porque a los italianos no les gustaba la y. En 1963 salió el Aerodinámica, que se atrevió con un labio de goma en su trasero, que en la cuarta temporada Spider (de 1989 hasta 1993) volvió a quitarse.

El BMW Z1 nunca ha tenido evoluciones, versiones o remodelaciones. Para los bemeuvistas sólo puede haber uno. Sólo estuvo en venta dos veranos: nació en 1989 y murió en 1991. Joven como las leyendas. Es una pena, porque es una genialidad. Ha estado por delante de su tiempo con muchos detalles técnicos: carrocería termoplástica, chasis monocasco de acero galvanizado, suelo tipo sándwich con estructura de panel de abeja y aerodinámica que además de estabilidad proporciona viajes silenciosos.

Pero el ingeniero Ulrich Bez (hoy en Aston Martin), no vio las leyes del mercado: el Z1 era demasiado caro. En su última época costaba 8.125.000 pesetas, es decir, 48.800 euros. Más que el Alfa Spider y el Mazda MX-5 juntos, que estaban en torno a los 21.000 euros de entonces.

¿Qué es lo que une a Alfa, BMW y Mazda desde el punto de vista actual a pesar de los precios tan dispares? La diversión de recorrerse las carreteras al aire libre. Sentir el viento en el pelo, oler el aire en un campo de cereales. ¿Y al final del viaje? Curvas, curvas y más curvas como postre. ¿Por qué no? Al fin y al cabo, el Spider, Z1 y el MX-5 te invitan a conducir, a disfrutar con su sonido, a estirar las marchas y hasta a ir despacio mirando el paisaje. Eso... Y por supuesto mucho más.

La valoración del día a día: no siempre puede ser domingo

La vida de un coche no es nada fácil. Y hasta un clásico, incluso los descapotables, deben probar su eficacia en el duro día a día. De camino a la oficina, al supermercado e incluso en el túnel de lavado.

El Mazda no ha nacido para llevar la casa a cuestas: mejor para dos personas y poco equipaje

El agua pasa por todas las ranuras, gotea y me moja el pantalón. Otra gota. Estoy en el túnel de lavado con el Alfa.¡Porca miseria!

Pero un Alfa Romeo, y más aún uno clásico, requiere que tengas un gran corazón. Debes saber perdonar. A la permeabilidad tienes que enfrentarte con suaves lavados a mano. Eso también evita las estrías en la pintura que provienen de los dolorosos azotes del túnel de lavado. Las cerraduras que no encajan bien, asientos que no se regulan a la perfección... Vale, vale, es verdad que es ridículo quejarse de estas cosas. Es mejor tirar de las dos palancas y echar hacia atrás la capota. Y el día a día sale a la luz. Por fin es domingo, incluso en medio de la semana, un ratito entre semáforo y semáforo.

Por cierto, más rápido que el Alfa Spider no se descapota ninguno. Los conductores de un MX-5 tienen que darse la vuelta y abrir una cremallera alrededor de la luneta. El Z1 le pide incluso a su dueño que salga del coche. Tiene que abrir el cofre en el que se esconde la capota. Eso sí, ésta se queda bien protegida debajo de una tapa. Perfectamente, muy ordenado, muy alemán. En general, el BMW es una impresionante pieza de ingeniería, con puertas que se sumergen eléctricamente, una carrocería de plástico y un chasis monocasco. Suena muy bien y también se siente así. Nada cruje, pocas cosas vibran. Un Z1 se posa muy rígidamente sobre la calzada, los asientos sujetan al conductor perfectamente.

Sobre carreteras bacheadas, calles adoquinadas, asfalto liso o rugoso... El japonés sale bastante bien. Lo único que cruje un poco.

Lo cual no podemos afirmar tan tranquilamente del Alfa Spider. Cuando te mueves ves su marco del parabrisas moverse hacia los lados. Le falta rigidez y por eso es la mayor decepción de esta comparativa en cuanto a dinámica. ¿Es eso malo? Tengamos en cuenta que lleva años con el mismo diseño.

Pero su fuerte se manifiesta en parado: hasta delante de la persona menos aficionada al mundo del motor el Spider es toda una preciosidad.

Lo que no cabe en su maletero tan plano, por ejemplo, grandes bolsas de la compra, el Spider lo almacena galantemente detrás de los asientos delanteros. Así, cuando en el BMW ya no queda espacio ni para la cartera y del Mazda sale todo volando, en el italiano aún tienes hueco para más. Y con clase, como se espera de un caballero como este.

CONCLUSIÓN
Con la construcción de su carrocería tan sólida, asientos increíbles, una capota que aguanta... Todo ello lleva al BMW al primer puesto. Pero el MX5 le sigue de cerca. Los conductores del Alfa deberían tomarlo con calma. Su coche es el más bonito y para disfrutarlo con tranquilidad.

El espejo del BMW, en el marco


Las escapadas de fin de semana: la diversión en persona

Los tres son muy divertidos, pero son las sensaciones que transmiten las que convierten un simple paseo en algo más.

El Z1 tiene puertas retráctiles. El Alfa enamora por su sonido, el MX5 es un juguete

¿Dónde se ha quedado el llamativo vibrato por el que en su día amábamos su dos litros? Ya no está. Los últimos Spider suenan como Adriano Celentano al que se le ha metido un pañuelo en la boca. Nada de azzurro, sólo un triste lalala ha quedado de la maravillosa serenata carburada de antes.

La culpa la tiene Bosch Motronic ML 41, que en este caso actúa como destructor de sonido... Pero relativamente. ¿Doppia carburatore (doble carburador), bella macchina, dolce vida? Adiós. Y los 120 CV tampoco se le notan al Spider. El cuatro cilindros parece estar flojo para llevar al italiano de 1.152 kilos de peso en 12,2 segundos hasta los 100 kilómetros por hora.

El Mazda lo hace mejor. Con tan sólo 115 CV termina los 100 en 9,3 segundos. Y en cuanto a la elasticidad, en cuarta y quinta incluso esta al nivel del bloque de 170 CV que tiene el BMW Z1.

¡Para quitarse el sombrero! Aquí, los 1.000 kg de peso demuestran su efecto liberador. Y es que el MX-5 nunca estaba pensado para ser un coche pesado o serio. Siempre ha sido creado para jugar. Y así es como el pequeño japonés se comporta. No demasiado rápido, pero con derrapadas muy divertidas. Si quieres, claro.

Al Alfa también le gusta menearse, pero su trasera se mueve como si estuviera totalmente desacoplada del resto del coche, quizá por la época en la que se diseñó su concepto. De nuevo, mejor tomarse las cosas con calma.

En el Z1 se puede vivir lo que se siente cuando los ingenieros están realmente interesados en que el coche sea perfecto. Para el Z1 se ha compuesto una obra de arte muy equilibrada. La dirección es exacta, la libertad para las piernas perfecta y es manejable como un kart.

¡Aleluya! ¡Como caído directamente del cielo de los coches! Se pega literalmente a la calzada como si sus ruedas se fundieran con el asfalto. Es impresionante aún hoy en día. ¿Podría subir al Everest por la vía rápida?

No. Eso se lo impediría su motor. Con todo lo que se ha invertido para el chasis, parece que no ha quedado dinero suficiente para montarle un corazón en condiciones.

El seis cilindros en línea de 2,5 litros que monta, importado del 325i, sí que canta una preciosa melodía, pero hasta las 4.500 vueltas parece algo desnutrido. Pero en cuanto llega a la zona buena, lo destroza todo. Como si su motor tuviera un turbocompresor, un soplo de aire fresco pasa por todos y cada uno de los seis cilindros.

Entonces, sí que puede ser. ¿Y por qué no desde el principio? Es la principal pega de este futuro clásico con mayúsculas. Bueno, eso... Y que quizá sea demasiado neutro, te deja un poco frío. No te lleva a desarrollar pasión como con Alfa, ni te acerca al mito del MX-5. Ese es su mayor punto en contra.

CONCLUSIÓN
El BMW es perfecto para la excursión perfecta. Su conducción es activa, invita a atacar cualquier curva. El MX-5 de Mazda merece un respeto porque las cosas sencillas no siempre son divertidas y él lo consigue. ¿Y el Alfa? No es tan rápido o dinámico. Juega en otra liga, en la del encanto de los roadster clásicos.

El BMW de nuevo se impone

Valoración de los costes: ¿Y cuánto cuesta esto?
Espera una factura de 25.000 euros por un buen Z1. Si no tienes tanto dinero, por una décima parte ya puedes tener un MX-5.

¿'Bella macchina' el Alfa? Sólo si está bien cuidada

Juego de números: un BMW Z1 es buen estado puede costar unos 30.000 euros hoy en día. Es decir, casi como tres Alfa Spider o cinco Mazda MX-5. El mercado no siempre pone precios realistas a cada modelo. Por ejemplo, un Mazda MX-5 puede aparecer en el mercado por 3.000 euros con 15 o 20 años, en un estado aceptable, aunque no es lo normal. En el caso de este pequeño japonés no debes preocuparte por la depreciación, el factor de costes es más importante cuando te los compras nuevos, pero ahora está tan bajo que la cosa no puede ir a menos. A lo mejor, al final incluso hay grandes motivos de alegría cuando el pequeño japonés gane en valor. Porque lo hará. Eso, en el caso del BMW y Alfa casi se puede garantizar ya.

Además, un consejo: si te atreves, deja las páginas de anuncios clasificados y busca por Europa. Lo que en España tiene precios escandalosos, puede que en el norte no sea tan prohibitivo... Aunque también puede ocurrir lo contrario. Y Estados Unidos es un buen filón: sólo tienes que estudiar bien el apartado del transporte.

Hasta que llegue el momento, al menos el pequeño Miata encaja en cualquier presupuesto familiar por justo que sea. Tanto los impuestos, como el seguro, las revisiones y los repuestos tienen precios populares, por ejemplo: un hard top te lo puedes encontrar por 800 euros con una rápida búsqueda en Internet, donde abundan las páginas dedicadas a este roadster.

Los fans de la marca alemana deberían sentarse ahora y ponerse el cinturón. Un silencioso para un Z1 cuesta entre 1.500 y 2.000 euros. Vale, la pieza estéticamente es impresionante, pero aún así, los repuestos para el BMW hacen un agujero demasiado grande en el bolsillo. Si no tienes cuidado, tropezarás con el alemán y tendrás una verdadera crisis financiera. Y el alemán tiene más costes aún: su carrocería de plástico. Después de un accidente, la piel exterior necesitará muchos remiendos y eso no lo sabe hacer el mecánico “del barrio”. Aunque también puedes comprar carísimas piezas de repuesto.

Los Alfisti no conocen estos problemas, aunque en el caso del Spider, los costes están en otro lado. La corrosión, por ejemplo, se puede convertir en un tema importante, aunque los precios suelen tener bastante lógica. Por ejemplo, el suelo del maletero para un modelo de entre 1970 y 1993 puede costar unos 500 euros, y un brazo de la suspensión trasera, por 150 lo tienes.

La mecánica también tiene “su cosa”. Si al Spider no se le trata con el mismo cuidado que a una flor, encontrará rápidamente un sitio en la plataforma elevadora de cualquier taller. Una caja de cambios te puede costar 600 euros si la compras por ejemplo en www.classicalfa.com y un árbol de levas, entre 200 y 500 euros.

CONCLUSIÓN
Este capítulo no lo gana el BMW Z1, lógicamente queda último. El MX-5 de Mazda se sube al trono de los costes. Es una auténtica ganga.

Z1: alta tecnología en pequeña serie
En la imagen se ve muy bien el chasis monocasco. Está galvanizado con zinc mediante inmersión en caliente y tiene un suelo estilo sándwich tipo panal de abeja parecido a lo que se utilizaba en aeronáutica. Las piezas de la carrocería de paneles termoplásticos se atornillan al marco. Así las reparaciones no eran tan complicadas. Hoy es otro cantar si hay que añadir un panel nuevo. Característica especial del Z1 es el motor situado muy atrás, casi a los pies del conductor. BMW llamó a esta forma de colocación motor central delantero.

El rígido marco de la luneta protege en caso de vuelco y conduce a la corriente de aire por encima de las cabezas. Se estudió bien la aerodinámica: silencioso trasero (azul), paragolpes y la especie de difusor proporcionan un aplomo excelente aún hoy en día

La valoración general: el ganador es blanquiazul

El Z1 era un coche muy caro y de lujo, por eso está mejor diseñado y construido... y por eso gana.

El Alfa Spider es el menos dinámico, pero el que más encanto derrocha

Lo sorprendente del resultado no es que lo ganara el BMW Z1, sino que el Mazda MX-5 haya conseguido reunir tanto a su favor. ¿Cómo? Con su imbatible relación precio/diversión. Si buscas pasártelo bien con un descapotable por un precio razonable, tu coche es el japonés. Su lema es la de disfrutar sin más y no solamente cuando brilla el sol.

El BMW hace las cosas con más seriedad, más perfección. Acumula muchos puntos por sus prestaciones. Los seguidores más acérrimos seguro que están dispuestos a pagar mucho dinero por un Z1. A cambio se llevan un monumento con ruedas que demuestra lo que mecánicamente se podía hacer hace 20 años.

La edad no protege de la tozudez y eso lo demuestra el Spider de Alfa. Se conduce casi igual que en 1966: chasis blando, mecánica muy a la italiana que requiere mucho mimo, pero también mucha complicidad con su conductor... Lamentablemente, ha perdido algo del encanto del pasado, algo que tenemos que agradecer a la invención del plástico... Y a la política de ahorro de aquellos años.

CONCLUSIÓN FINAL
Como lo prefieras

Ir descapotado siempre es divertido. Pero de distintas maneras. El Alfa Spider es un caso para los que anteponen la forma a la función. El BMW Z1 se gusta en el papel de la perfecta máquina de conducir, sabe hacer más cosas que muchos coches modernos. Y el Mazda MX-5 sigue el lema de los primeros roadster: ser, simplemente, divertido.

Fotos: C. Bittmann, www.sxc.hu, BMW Group Archive

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