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VW Passat de segunda mano, ¿es bueno este coche alemán?

Muchos comerciales de profesión confían en el Passat para viajar. Después de los tres años de 'leasing', es una opción interesante para conductores particulares

Su hábitat es la carretera: en torno a los tres cuartos de todos los VW Passat Variant vendidos han sido como coches de empresa, y por tanto, en sus primeros tres años han sido auténticos devoradores de kilómetros. La ventaja para los compradores de segunda mano: tienen la certeza de que ha pasado todas las revisiones oficiales del fabricante, y a pesar de sus elevados kilometrajes, el estado de estas unidades suele ser bueno.

Además, está la amplia oferta de este modelo, ya que, después de cuatro años en el mercado, el lanzamiento de su sucesor es inminente. Eso sí: los kilometrajes de seis cifras son más la norma que la excepción.

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Pero en el Volkswagen Passat no suele haber muchos problemas aunque haya sido sometido a un uso intensivo, y el número de incidencias en las revisiones suele ser bajo. Estas suelen localizarse, habitualmente, en los frenos y en los silenblocks del eje delantero transversal y el trasero longitudinal. Algo lógico en un coche con este kilometraje.

En la unidad probada, un Variant 1.6 TDI Trendline, solo contemplamos dos fallos relevantes: aún llevaba montados los neumáticos de invierno con dos años de antigüedad que, aunque tienen perfil suficiente, resultan bastante ruidosos e inapropiados para un uso veraniego en España. Además, había corrosión en el canto derecho exterior del portón trasero. El interior, después de tres años y 160.000 kilómetros se ve inmaculado y el motor, el cambio y el chasis responden como el primer día. Algunas marcas de piedrecillas en el frontal son casi obligadas después de tantos kilómetros, y en general, y el precio de 11.300 euros nos parece adecuado a su estado. Lo mismo nos parece su motor diésel de 105 CV que consume solo 5,3 l/100 km. 

No te va a gustar

En el VW Passat usado es habitual encontrar fallos en las rótulas, 'silenblocks' y frenos en coches de elevado kilometraje. En este caso, hemos visto que las pequeñas pérdidas del líquido refrigerante son frecuentes en los motores TDI. Se deben, sobre todo a fugas de estanqueidad en la bomba de agua (en el 1.6 TDI cuesta unos 420 euros) o del refrigerador de la válvula de escape (unos 900 euros incluida la válvula EGR). En los motores TDI que se hayan empleado frecuentemente para trayectos cortos, la válvula EGR tiende a coquizar. Es decir, aparecen muestras de carbonización. Pero lo que más nos ha decepcionado: la aparición de óxido en la parte exterior del portón trasero.

Al volante de un VW Passat usado

La unidad que hemos probado del VW Passat ha demostrado que este coche puede durar, así de bien, otros diez años. Los productos alemanes siempre han hecho gala de una buena construcción y este chico de VW no va a ser una excepción. Los asientos han soportado muy bien los 160.000 kilómetros que llevan a sus espaldas. Por otro lado, el motor diésel de 1,6 litros sigue ofreciendo a su conductor un gasto muy contenido. Es cierto que sus prestaciones pueden ser algo discretas pero, para viajar por autovía es suficiente.

Conclusión

Después de tres años de 'leasing', el VW Passat Variant suele costar la tercera parte de su precio nuevo, y gracias a que ha seguido a rajatabla todas las revisiones oficiales. Este coche tiene una ventaja fundamental frente a sus rivales: el riesgo de averías graves es bajo. Mi consejo es el 2.0 TDI de 140 CV ya que ofrece mejores prestaciones que el diésel de 105 CV que hemos analizado en este reportaje. Eso sí, debes saber que su precio de venta es algo más costoso.

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