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Tipos de casco: ¿cuál necesitas?

David Garcia de Navarrete

El casco de moto y los diferentes tipos que puedes elegir es una de las grandes dudas que asaltan al motorista nuevo. Aquí te lo explicamos.

Hay muchos tipos de cascos de moto, e infinidad de modelos, y está claro que es algo que hay que llevar cuando se monta en moto. Creo que al respecto estamos todos bastante mentalizados, así que no hay que recurrir a las típicas frases de “por nuestra seguridad”, “monta protegido” ni nada de eso... aunque sean verdad. Mucho menos quiero recordar que la autoridad competente nos aplicará una buena receta de las suyas (o sea, de “muchasmil”) si nos ven montando sin él... y mira que nos carcome las entrañas reconocerlo, pero también es verdad. En fín, que ahora sólo nos queda saber que casco hemos de elegir y porqué.

Básicamente podemos distinguir tres tipos: los integrales, los jet y los convertibles.

Jet y convertibles: dos opciones

Los primeros son los más utilizados sobre todo en verano o/y zonas urbanas, y suelen ser los más vendidos entre los mototuristas más acérrimos. Cubren toda la cabeza y se suelen anclar debajo de la barbilla por unas cinchas, aunque se han llegado a desarrollar otros sistemas. Su desarrollo es bastante moderno, de los ´80, y la oferta ha crecido espectacularmente en los últimos años. Básicamente podemos definir a los convertibles como integrales con frontales abatibles ó desmontables que pueden dejar la cara al aire si el conductor los cree necesario... como aquel Guardia Civil que te paró saber a que velocidad ibas y para que le enseñaras los papeles, por ejemplo. Vamos, que son los más utilizados por los cuerpos de seguridad y multas.

Los jet ,también conocidos como “cascos abiertos”, cubren sólo el cráneo (es decir, dejan al aire toda la barbilla y en muchos casos también la cara) y son los más antiguos, siendo usados actualmente sólo para conducción muy urbana (nada de extraradios, o al menos no es recomendable) o por usuarios de ciertas motos como las custom por motivos estéticos.

Integrales: los más seguros

Los jet tenían (y tienen, vamos) un serio problema de concepto: no cubrían toda la cabeza. Así, todo lo que eran golpes de barbilla o incluso en la nuca- pues en la caída los cascos se descolocaban por falta de base de apoyo entre otras cosas- resultaban muy graves. Eso, sin hablar de las heridas que se producían. En la década de los sesenta llegó la solución: los integrales. Ahora sí el casco cubría la cabeza completa, incluyendo mandíbulas y mentón. Una pieza transparente abatible hacía de pantalla y dejaba ver a través de ella. No sólo la protección era evidentemente mayor y más completa, sino que se evitaban los problemas de aerodinámica de los jet. Es decir, el aire no “empuja” la estructura del casco hacía atrás.

Por supuesto las primeras generaciones eran bastante imperfectas, pero lo cierto es que supusieron un salto definitivo hacia una mayor protección en todos los sentidos, no sólo en los que a caídas se refiere. Todos los que llevamos montando en moto cierto tiempo sabemos lo que es incrustarse un mosquito en la cara a altas velocidades por la carretera, o que te salte una china a cualquier parte del cuerpo. Pues lo que ahora es la anécdota, antes era lo habitual. Por ejemplo, las primeras mentoneras eran muy estrechas y dejaban gran parte de la barbilla al aire- todavía se encuentran modelos muy baratos con este diseño- mientras que ahora la mayoría son más anchas para proteger del frío y de un posible golpe. Por otro lado, el empañamiento por condensación en invierno o la refrigeración en verano se soluciona – en parte, pues no está aún del todo conseguido- con ventanillas de apertura regulable. Desde luego, este problema no ocurre en los jet.

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