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Segunda mano: Subaru Forester

Analizamos un Subaru Forester de segunda mano. Hemos desvelado un secreto: el discreto SUV de Subaru sorprende con sus virtudes interiores y su gran fiabilidad.

Analizamos la calidad de un Subaru Forester de segunda mano. Resulta curioso que mientras los compradores de coches de primera mano suelen mantener su fidelidad a una marca, los que van al mercado de los usados tienden a buscar esos coches que parecen olvidados por la historia. Algo que no ha cambiado en el caso de la tercera generación del Subaru Forester.

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Precisamente porque se ven tan pocos, podría decirse que es algo así como chic. Una especie de familiar de techo alto que se lanzó en la primavera de 2008 y sacaba a relucir sus cualidades SUV con más intensidad que las generaciones anteriores. Eso sí: manteniendo los motores bóxer y la tracción permanente que ya son seña de identidad de la casa. Como hasta unos meses después no se lanzó el primer bóxer diésel de Subaru, la alternativa de un motor de gas licuado era la idónea para quienes quisieran ahorrar combustible. Y precisamente es lo que monta nuestro Forester de segunda mano: un motor GLP.

Por eso, el tanque de gas de 54 litros se ha adueñado del espacio para la rueda de repuesto, lo que ha obligado a elevar la altura del maletero. Con todo, la mecánica ambivalente del Forester es tan discreta como la propia marca. Da igual que use gasolina o gas, que los 150 CV apenas se hacen notar. Y es que el bóxer gira con un silencio sorprendente. Y el poco ímpetu que tiene se pierde en un convertidor de par de cuatro relaciones que sin duda manejará en modo manual quien quiera algo de alegría al volante. Aunque para eso, nosotros recomendamos optar por la versión manual de cinco velocidades.

Eso sí, quien quiera salirse de la carretera por un terreno difícil, tendrá el apoyo de su reductora de serie. Dentro hay espacio suficiente y el puesto de conducción es limpio y claro. El chasis es confortable y la postura elevada garantiza una buena visibilidad en cualquier circunstancia. Con todo, este Forester es una alternativa accesible y de calidad para quien quiera tener un SUV de segunda mano.

Subaru Forester de segunda mano: no te va a gustar

Un poco de óxido en el bastidor y una pequeña fuga en el depósito de gas licuado. Eso es todo. Da igual que sea gasolina o diésel, los modelos Forester apenas tienen fallos o defectos con el paso del tiempo. Y depende mucho de lo cuidadoso o no que haya sido el conductor. A diferencia de este SUV, que ha salido en contadas ocasiones fuera del asfalto, hay mucho Forester por ahí que ha tenido un uso intensivo en campo. Y cuando un coche se usa para trabajar, es más habitual que se estropee algo o que puedas encontrar alguna pieza con corrosión. Pero ya te digo que es bastante difícil que este Subaru muestre algún signo de que su dueño se ha portado mal con él. Esto es una muestra de su fiabilidad.

Subaru Forester de segunda mano: conclusión

 El Forester es el típico tipo tranquilo, que se mueve sin esfuerzo tanto por ciudad como por campo, ofrece buen espacio y confort y ahorra en su variante GLP más que cualquier 'pseudo-offroad' diésel. Solo le falta un poquito más de potencia y ‘sex appeal’. No va mal en tramos revirados, pero responde mejor en rectas: el Forester tiene un tarado eminentemente confortable y, eso, en curvas, tiene el principal inconveniente de los balanceos.

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