Gasolineras baratas, las grandes también se suman

Todo comenzó en 2011, cuando en la costa levantina comenzaron a proliferar las gasolineras baratas de servicio de marca blanca. Algunas no tienen ni siquiera tienda y con un menor número de empleados y costes asociados pronto el boca a boca hizo correr el rumor como la pólvora: desde Terrassa a Orihuela, los conductores empezaron a rellenar el depósito en estas nuevas gasolineras baratas, que casi siempre están situadas en los alrededores de un polígono industrial.

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Quizá, la nueva cultura generada por la crisis económica también ha influido en este boom. Y es que si antes de 2007, la gente escondía los productos de marcas blancas en su carrito de la compra, ahora los muestra orgullosa de haber comprado algo más barato pero de calidad similar e incluso se muestran dispuestos a hacer publicidad de los mismos en las redes sociales.

Además, algunas aplicaciones para móvil te indican dónde repostar más barato y en webs como la del Ministerio de Industria esta información es pública, así que con las nuevas tecnologías en la mano, parece casi de tontos llevarte el coche a donde siempre para llenar el depósito por entre 7 u 8 céntimos más el litro –en algunas la diferencia puede llegar a ser hasta de 15-.

Como puedes ver en los gráficos que te dejo arriba, la crisis ha hecho menguar el sector, pero esta reducción se ha hecho mucho más evidente donde han surgido nuevos competidores. Las gasolineras situadas en áreas urbanas han visto reducida su facturación en un 35% desde 2008 según datos de Aevecar -agrupación de vendedores minoristas de carburantes-. La bajada media de este sector en el que las estaciones situadas en centros comerciales se comen ya el 20% de las ventas a particulares es del 25%.

Esto no es lo que era

Encima, desde el Ministerio de Industria y también desde la Comisión de los Mercados y de la Competencia (CNMC) se han incrementado las presiones públicas a las petroleras por el incremento de sus márgenes brutos. Según la CNMC, entre abril de 2012 y el mismo mes de 2014, han pasado de 15 céntimos por litro a 17 céntimos. En algunos momentos, el organismo encargado de vigilar la libre concurrencia en los mercados ha llegado de detectar subidas de 18 céntimos por litro en el precio que marcan las grandes operadoras. De hecho, la CNMC mantiene una investigación por pactar precios abierta a Repsol, Cepsa y BP en verano de 2013.

Con la calidad del producto asegurada porque el proveedor es el mismo -Compañía Logística de Hidrocarburos CLH- para todos, a los actores tradicionales del sector solo les quedaba una solución para tapar esta vía de agua en su negocio: hacer lo mismo que los nuevos. Así, en verano de 2013, Repsol y Cepsa anunciaron sus respectivas redes de gasolineras low cost. La red barata de Repsol se llama Campsa Express y la de Cepsa, Red Ahorro. De momento, entre ambas suman apenas unas decenas de estaciones situadas cerca de polígonos industriales o en vías secundarias de la costa levantina.

Imitar o morir

Desde las petroleras afirman que se trata de una especie de estudio de mercado para analizar con datos reales cómo funciona este negocio.  Debe ir bien, porque las empresas especializadas en gasolineras low cost ofrecen sus servicios de consultoría en Internet. Con un terreno de 1.000 m2 y por una inversión mínima de 260.000 euros más IVA, te montan la gasolinera, te ayudan a gestionar la empresa y te aseguran una rentabilidad entre el 30 y el 50%.

Algunas comunidades autónomas como Extremadura o Galicia ya han comenzado a facilitar los trámites o incentivar la apertura de esta clase de negocios. Solo esperemos no estar ante una nueva burbuja, ya que desde las asociaciones del sector señalan que el efecto de arrastre que sobre los precios pueden generar las gasolineras low cost podría acabar con hasta 20.000 empleos en este sector.