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Seis enfermedades que afectan a la conducción (y cómo lo hacen)

Enfermedades que no permiten renovar el carne de conducir

ESPECIAL TOYOTA

Sus síntomas o sus tratamientos podrían poner en peligro la seguridad vial.

Subirse en plenas facultades al coche es fundamental si uno quiere tener un trayecto seguro. Esto no solo implica que no debes beber ni tomar ningún tipo de estupefaciente a la hora de conducir, también es importante que tu estado de salud no comprometa el funcionamiento de tus sentidos ni tu capacidad de atención.

Y es que, como sabrás, hay enfermedades que pueden afectar a la conducción. Algunas por los síntomas, otras por el tratamiento que conllevan. Te mostramos las seis más habituales.

Alergias

Aunque las alergias no son una enfermedad en sí misma, lo cierto es que algunos síntomas de determinadas alergias se asemejan a los de una enfermedad como el constipado. Algunos de los síntomas más típicos pueden ser los estornudos, el moqueo, irritación de ojos... Cuando atacan, pueden afectar a la conducción.

Cuatro trucos para evitar riesgos al volante con alergia
Cuatro trucos para evitar riesgos al volante con alergia

Además, algunos antihistamínicos producen somnolencia. Así que, recuerda: si tienes un ataque alérgico, evita conducir.

Por otro lado, para evitar sufrir estos síntomas mientras vas al volante, ten presentes estos consejos:

- Lleva siempre gafas de sol: protege los ojos del lagrimeo y los molestos picores, sobre todo, porque las personas con alergia son mucho más sensibles a la luz.

- Evita circular al amanecer y al anochecer que es cuando hay mayor concentración de polen. Puedes estar atento a los niveles de polen en el aire a través de la app Alergo Alarm, desarrollada por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEIAC), de esta forma, puedes planificar tus desplazamientos cuando estén más bajos.

- Cuando conduzcas hazlo con las ventanillas cerradas y activa el modo recirculación del aire acondicionado. Este sistema impide tomar aire del exterior y, en primavera, es fundamental para que el polen no entre en el habitáculo.

- Extrema la limpieza del coche y cambia el filtro del aire. Si puedes, instala uno especial para pólenes.

Gastroenteritis

Esta enfermedad del aparato digestivo consiste en una inflamación de la membrana interna del intestino causada por un virus, una bacteria o parásitos. Sus síntomas son muy variados: diarrea, dolor abdominal, vómitos, dolor de cabeza, fiebre y escalofríos. 

Por lo general, los pacientes suelen curarse en pocos días sin tratamiento; pero durante el tiempo que se sufre la enfermedad, es preferible no conducir.

Anemia

Obviamente, en todo hay grados; pero una anemia severa provoca fatiga, somnolencia, cansancio, taquicardia, mareos, sudoración, pérdida de concentración... Estos síntomas pueden afectar a la conducción.

Micro-sueños, otro peligro que acecha a los conductores

En este caso, lo más recomendable es que no cojas el coche hasta que no te hayas recuperado de la anemia. Una vez hayas empezado un tratamiento y los síntomas desaparezcan, podrás volver a conducir (siempre que el médico así lo considere). 

Depresión

Los síntomas de esta enfermedad mental son muy variados, y algunos de ellos (tales como el sueño, la falta de concentración, la fatiga, taquicardias...) pueden afectar a la conducción.

Depresión

A esto hay que añadirle que los medicamentos antidepresivos tienen fuertes efectos secundarios, algunos de los cuales pueden comprometer tu seguridad al volante. Por ello, es recomendable que los paciente con antidepresivos no conduzcan (a no ser que el médico lo permita).

Enfermedades del sistema nervioso y muscular

Aquellas enfermedades del sistema nervioso que producen pérdida o disminución grave de las funciones motoras, sensoriales o de coordinación (por ejemplo, el Parkinson) pueden ser un peligro si alguien se pone al volante. 

En este caso, lo mejor es consultar con tu médico si puedes seguir conduciendo.

Asma 

El asma es una obstrucción de la vía aérea con inflamación bronquial que produce tos seca o señales de ahogo. Sus ataques suelen ser generados por múltiples factores: estrés, infecciones, ejercicio, contaminación...

Asma

Para paliar sus síntomas, quienes la padecen suelen usar un broncodilatador, con cuyos efectos pueden conducir. Pero si el ataque de asma es muy severo, es mejor olvidarse del coche.

¿Coches más seguros? Toyota Safety Sense

Si sufres alguna de las enfermedades anteriormente descritas, la máxima debe ser consultar al médico antes de ponerte al volante. El factor humano es culpable de buena parte de los accidentes de tráfico y hay circunstancias que ni los más avanzados sistemas de seguridad pueden prever y/o evitar.

Toyota, por ejemplo, ofrece un completo paquete de seguridad llamado Toyota Safety Sense C  especialmente diseñado para compactos. Este incluye sistema pre-colisión ‘Pre-Collision System (PCS), aviso de cambio involuntario de carril ‘Lane Departure Alert’ (LDA) y sistema de iluminación ‘Automatic High Beam’ (AHB). Por su parte, los vehículos de tamaño de gama alta montan el Toyota Safety Sense P, que suma a las tres tecnologías anteriores la función de detección de peatones en el sistema pre-colisión ‘Pre-Collision System’ (PCS), además de ofrecer un Control de Crucero Asistido por Radar.

En este vídeo puedes ver todo lo que los sistemas Toyota Safety Sense pueden hacer por tu seguridad:

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