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De Rusia a Mongolia y un gran desierto

De Rusia a Mongolia y un gran desierto

Poco a poco nos acercamos a la frontera Rusa, donde tras cruzar sin complicaciones nos espera Kristina, una amiga de la organización de 'Héroes del Gobi' que nos prepara una barbacoa a orilla del río de su pequeño pueblo. Somos la sensación del momento en Charynskoye. Aquí, toca cambio de neumáticos, de los Continental Trail Attack a los TKC 80, preparada para cruzar el Altái e internarnos en el desierto del Gobi. Ya en ruta, y tras una divertida mañana convenciendo a unos rusos de que nos dejaran usar su taller para dicho cambio de neumáticos (las gomas las cambia Luis, el mecánico del equipo) continuamos la ruta. Comeremos en las cuevas de Denisova y entraremos en la república del Altái, justo antes de la frontera mongola en Kosh-Agach.

De Rusia a Mongolia y un gran desierto

Un nuevo día con una falta de horas de sueño ya de tres horas que poco a poco van pasando desapercibidas. Los paisajes son mucho más bonitos y el desierto nos espera. Cruzamos esta última frontera antes de llegar a nuestro destino, Ulán Bator, por Ölgy, donde nos encontramos con algunos vehículos del famoso Mongol Rally. Las pistas del camino son muy rápidas plagadas de una especie de ardillas que cruzan como locas la tierra cuando uno se acerca. Da la sensación de estar participando de algún tipo de juego suicida. Gracias al cielo, no atropello a ninguna.

De Rusia a Mongolia y un gran desierto

Y comienzan las acampadas, con la primera a orillas de un gran lago a las afueras de la ciudad de Khovd. Lo mejor llega al caer el sol, una manada de caballos salvajes cruza delante de nosotros dejándonos extasiados. Ya de madrugada escucho una respiración muy cerca de mi cabeza, una vaca enorme está olisqueando mi tienda. Salgo disparada al recordar haberme dejado los guantes sobre el asiento de la moto, no vaya a ser que se los coman, entonces descubro la belleza del sol naciente entre el agua del lago y la figura de las robustas vacas al contraluz. Nos espera una de las etapas más duras: el cruce del río Baydrag y los tramos más complicados del norte del Gobi, llenos de arena.

De Rusia a Mongolia y un gran desierto

Las dos últimas jornadas están siendo de los más duro, pese a que la arena está bastante dura por la mañana debido a la humedad que han traído las recientes lluvias, las pistas del Gobi son interminables y mezclan la arena con la piedra partida, la grava y los cruces de pequeños riachuelos. Estoy agitada, los 400 km de pista me han dejado casi sin fuerzas y no se como me irá al día siguiente. Estoy retrasando mucho el ritmo de los coches que en este tipo de terreno se mueven como pez en el agua. Además el maldito tule ondulé hace que mi moto vibre como una batidora y que todas las sujeciones se resientan. El equipo que llevo de Touratech es muy duro y se que no fallará, pero aún así, y pese a circular a más de 60 km hora jugándomela (a esta velocidad la moto casi flota por encima de las estrías del terreno y la sensación de batidora es menor) estoy preocupada.

De Rusia a Mongolia y un gran desierto

Hoy me espera un buen día, terminar de cruzar el Gobi y llegar antes de que sea muy tarde a el último Erg que hay antes de la gran ciudad. La arena va a ser la tónica del día, así como las mil pistas que te sacan del trac casi sin darte cuenta. Los coches van mucho más rápido, pero nos encontraremos en las orillas del gran río. Debemos comprobar si la moto podrá pasarlo. El Gobi muestra un desconcertante color verde en sus llanuras y eso significa solo una cosa: ha llovido mucho. Efectivamente el río esta demasiado crecido ni para intentarlo. Tengo que pensar en una alternativa, pero desde la organización de 'Héroes del Gobi', lo tienen todo controlado. Avisan a uno de los locales para que acerque el remolque de su tractor y con la ayuda de el equipo, hacemos que la moto pase de un lado a otro sin mojarse. Tras un paseo a camello vuelvo a sentir la suavidad del asfalto bajo mis ruedas. Hemos llegado a Ulán Bator. Esta noche dormimos en los típicos ger (casas circulares de los nómadas). Mañana el Oasis de Ulán nos estará esperando y por fin podré conocer a todos los niños para los que estamos recaudando el dinero.

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