Con el nuevo protocolo de emisiones (WLTP): los coches, ¿más caros desde septiembre?

Si quieres saber por qué podrían los coches ser más caros desde septiembre, deberías enterarte bien de qué es el WLTP, siglas en inglés del Procedimiento Mundial Armonizado para Ensayos de Vehículos Ligeros, cuya primera fase entra en vigor el 1 de septiembre para medir las emisiones de manera más real a todos los vehículos que reciban la homologación de tipo. Este nuevo ciclo incluye velocidades más elevadas, trayectos más largos y coches con el equipamiento más completo entre otros refuerzos a la hora de evaluar la contaminación de cada nuevo vehículo.

VÍDEO: todo lo que tienes que saber sobre el nuevo WLTP

Como sabes, al igual que en la mayoría de los países de la UE, en España, los impuestos a los coches se basan en sus emisiones de CO2 y especialmente relevante es el Impuesto de Matriculación, que aquí funciona por tramos a ese respecto. Al ser más exigente que el anterior ciclo de pruebas de homologación, el WLTP hará los coches más caros por esta vía si el Gobierno no se pone las pilas muy pronto introduciendo un cambio en la redacción del IM. Anfac estima que, con arreglo al WLTP, un coche que ahora emite 130 g/km de CO2, pasaría a emitir unos 160 g/km de CO2. 

¿Cuánto subirán los coches con el WLTP? Si no se pone un remedio, como el Impuesto de Matriculación en España va por tramos y, desde los 120 g/km de CO2 hacia abajo, se estaría exento en el ejemplo anterior, que pasaría al primer tramo, por debajo de 160 g/km. Si el coche costase 10.000 euros anteriormente, se le aplicaría un 4,75% de IM, que añadiría 475 euros a su coste, es decir, 1.000 euros para un coche de 20.000 euros. El siguiente tramo, de 160 g/km a 200 g/km, sería más doloroso ya que subiría el precio de un coche de 10.000 euros en 1.600 y en 3.200 uno de 20.000 euros. 

No es de extrañar que haya preocupación en el sector por una medida que representaría una caída de las ventas que ni una nueva edición del PIVE pudiera parar. Por suerte, la propia Unión Europea cuando publicó esta normativa recomendó que no debería tener ningún efecto negativo en la fiscalidad del vehículo y que las autoridades nacionales debería adaptar sus sistemas impositivos para que el nuevo sistema que arrojará datos superiores de CO2 no acabe afectando a los consumidores. Si no se hace nada en los próximos meses, la aplicación del WLTP hará subir el precio de los coches. 

La buena noticia es que todavía hay tiempo y desde Anfac confirman que se está trabajando para adaptar el Impuesto de Matriculación a esta nueva realidad, pero lo cierto es que al Ministerio de Industria se le acumula el trabajo ya que está sobre su mesa el cambio que se prevé en el Reglamento General de Vehículos. Por su parte, los fabricantes ya pidieron en diciembre de 2016 un calendario más razonable para la aplicación del WLTP y, por otra, siempre está la irresistible tentación de todos los gobiernos a cargar en el vehículo con una tasa más. Esperemos que esta vez no sea así, entre otras cosas, porque el consumidor no es el culpable de esta situación.