Un Ford Focus que se mueve ¡con whisky!
La recomendación es que no hay que mezclar alcohol y conducción, pero ahora un científico ha descubierto cómo el whisky y los coches pueden llevarse bien y ayudar al medio ambiente.
El profesor escocés Martin Tangney ha descubierto cómo usar los desechos de la destilación del whisky y convertirlos en biobutanol, un alcohol que puede ser usado como combustible. Los subproductos del whisky pueden ser transformados en biocombustibles, lo cual puede reducir el consumo de gasolina y disminuir las emisiones de gases que contribuyen al calentamiento global.
“En la producción de whisky, menos del 10% de lo que sale de la destilería es realmente un producto primario”, dice el Dr. Tangney. Casi todo el resto son estos dos residuos no deseados.
Estos residuos se combinan para crear un nuevo material crudo y al adaptar un proceso de fermentación con más de un siglo de anitgüedad, se convierte en biobutanol.
Tangney dice que el biocombustible basado en el whisky da más potencia que el bioetanol, que se hace de la caña de azúcar o del maíz. “Tiene casi la misma cantidad de energía que la gasolina, mientras que el bioetanol tiene solo 70 por ciento. Se puede almacenar, se pude transportar a través de tuberías y usar la infraestructura existente para distribuirlo, y en efecto, no se necesita modificar el motor”, agrega.
Lo mejor es que para que un coche funcione con este combustible derivado del whisky no necesita ningún tipo de transformación mecánica. El profesor Tangney ha demostrado la viabilidad de su invento en un Ford Focus, momento que recoge el siguiente vídeo:
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