¿Cuál es mejor, el Toyota GT 86 o el BMW M135i?
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¿Cuál es mejor, el Toyota GT 86 o el BMW M135i? Difícil pregunta. Se trata de dos conceptos de vehículos que convergen en su configuración, la propulsión trasera, pero que el resto de atributos les hacen muy diferentes. Por un lado tenemos un compacto de segmento C con muchos caballos bajo el capó, mientras que en el otro lado tenemos un coupé japonés de aspiración natural con un peso contenido y diversión a raudales.
BMW M135i: chico malo en la ciudad
El competitivo segmento de compactos deportivos deja una larga lista de opciones con potencias muy variopintas y configuraciones diversas. Modelos que arrancan en los 230 CV y llegan hasta los 381 CV, con transmisiones avanzadas o con la pureza de un cambio manual, así como tracción delantera, total o propulsión trasera. El BMW M135i es uno de los grandes del segmento y un chico malo en la ciudad.
Bajo el capó encontramos el famoso bloque de 3.0 litros y seis cilindros en línea turboalimentado que entrega 326 CV y un par motor de 450 Nm. Gracias a estas cifras, el M135i es capaz de hacer el cero a 100 km/h con el cambio automático de 8 relaciones en 4,9 segundos, así como una velocidad máxima limitada electrónicamente a 250 km/h. Debes saber que de fábrica será un propulsión trasera, pero también está disponible el M135i xDrive de tracción total.
Sin entrar en términos de diseño, ya que presenta una estética bastante conservadora, en una de nuestras recientes pruebas pudimos averiguar que el BMW M135i es muy divertido de conducir. Su tendencia a sacar la zaga en cada giro brusco lo hace inestable pero preciso. Su terreno son los largos viajes a elevadas velocidades por carretera y autovías alemanas, como delatan sus cómodos y anchos asientos. Todo lo demás está en tus manos.
Toyota GT 86: diversión a la antigua
¿Qué podemos decir del Toyota GT 86 que no sepamos ya? Su diseño coupé lo hace inconfundible y además tienes la opción de elegir su hermano de filas, el Subaru BRZ, el cual presenta las mismas características. Un motor bóxer de 2.0 litros y aspiración natural que genera unos más que suficientes 200 CV y 205 Nm de par, especialmente desarrollados para su cometido. Su velocidad máxima se establece en 226 km/h, mientras que el paso de cero a 100 km/h lo registra en 7,6 segundos.
Toda la potencia se envía al tren posterior a través de una caja de cambios manual de seis relaciones o una automática con convertidor de par. Su reducido peso y su bajo centro de gravedad hacen que se mueva como una pluma y si desconectas el control de estabilidad, la adicción a ir de costado será tu nuevo hobby. La dirección, el cambio, el motor y el diferencial de deslizamiento limitado Torsen trabajan al unísono para hacer de tu sesión al volante, algo más que una rutina.
Lo mejor, tal vez sea el precio. Por tan solo 29.990 euros tendrás un coche diseñado para hacer que lo pases en grande cuando conduzcas de forma alegre. No esperes grandes comodidades y diseño en el interior (los asientos de atrás no tienen tapizado), pero su cometido lo realiza con excelentes resultados.
En conclusión, si buscas un compacto deportivo para el día a día, carga de tecnología y con un motor de alto rendimiento, no dudes en decantarte por el BMW M135i, pero si tus deseos son pasarlo en grande con un coche que dejarás aparcado toda la semana y ansiarás coger el fin de semana, el Toyota GT 86 será tu mejor elección.
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