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Test de EuroNCAP, ¿realmente valen de algo ya?

A día de hoy raro es ver un modelo que consiga un resultado que baje de las cinco estrellas, las buenas notas ya son la norma.

Analizar cómo es la seguridad de los coches hoy en día y cómo era hace un par de décadas es un clarísimo ejemplo de lo mucho que hemos evolucionado en este tiempo. No hay más que comparar los resultados de la primera tanda de pruebas EuroNCAP, en el que las mejores puntuaciones fueron de tres estrellas y hubo hasta un caso desastroso (el del Rover 100) con solo una, con los actuales, en los que la norma general es que ningún modelo baje del notable y en los que la gran mayoría de los coches sacan la nota máxima. Así que surge la pregunta obligada, ¿realmente valen de algo ya?

VÍDEO: EuroNCAP, test de peatones

Es innegable la utilidad de este tipo de test, a las pruebas nos remitimos, pero cuando nació los fabricantes apenas pensaban en materia de seguridad, su único objetivo era fabricar coches a precio contenido y que fueran más o menos buenos en función del público objetivo al que fueran dirigidos. Hoy la mentalidad de las marcas han cambiado radicalmente y es que, aunque facetas como la economía o la tecnología de sus modelos sean importantes, el ámbito de la seguridad es un aspecto clave en el desarrollo de todos sus coches.

Queremos decir que en la actualidad las firmas han interiorizado la necesidad de fabricara vehículos que cumplan con ciertos estándares, por lo que, en el hipotético caso de que el EuroNCAP desapareciera, cuesta imaginar que fueran a volver a prácticas arcaicas de hace más de 20 años simplemente por ahorrar dinero en la producción. Lógicamente esto se basaría en la buena fe y en la honestidad, pero también en otra premisa básica: los compradores valoran ( y mucho) cómo de seguro sea el coche que van a adquirir, motivo por el que si un fabricante ‘X’ rebajara su calidad, se comprarían el de la competencia. Es de suponer que el propio mercado se autorregularía y que las marcas que sí siguieran invirtiendo en mejorar en materia de seguridad se encargarían de proclamarlo a los cuatro vientos en sus campañas y publicidades para poner en su sitio a las que no lo hicieran.

¿Es esto motivo suficiente como para que podamos afirmar que el EuroNCAP está fuera de lugar? Para nada. Se ha demostrado que la honestidad en el mundo empresarial es algo muy relativo (véase los escándalos por las emisiones), así que contar con un organismo independiente que se encargue de sacar a la luz los fallos siempre es una garantía. De hecho, incluso aunque ahora las marcas “se las saben todas”, el hecho de que exista el EuroNCAP las obliga a estar al día a producir vehículos de calidad.

Además, cabe apuntar que esta es la situación en Europa, pero está demostrado como en otras zonas del mundo los fabricantes se toman la seguridad de sus usuarios mucho más a la ligera. Resultados del GlobalNCAP han sacado a la luz puntuaciones nefastas, con multitud de puntuaciones de una e incluso cero estrellas, de modelos destinados a mercados emergentes como Latinoamérica o India. Incluso hay diferencias notables entre el mismo modelo vendido en Europa o India, como es el caso del Dacia Duster, con un buen resultado en el Viejo Continente, pero cuya versión india sacó un cero.

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