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A subasta un icono de las 500 millas de Indianápolis

El Marmon Wasp fue el primer coche en vencer las 500 millas de Indianapolis, un vehículo de competición creado por un pequeño grupo de apasionados por la velocidad y pilotado por un inteligente Ray Harroun. Este mito del automovilismo americano se encuentra en el Salón de la Fama del Circuito de Indianápolis, pero hoy, esta recreación milimétrica puede terminar en tu garaje. Sí, es una réplica, pero no será barata, aviso.

El Marmon Wasp es un icono del motorsport, una leyenda de la velocidad y uno de los coches que deberían formar parte del salón de la fama del motorsport. Fue el primer vencedor de la prueba más importante de EEUU, las 500 millas de Indianapolis, en 1911. En aquellos tiempos, la pasión por la velocidad crecía al mismo tiempo que el PIB del país. Hasta la fecha ya se realizaban carreras de velocidad, pero esta carrera marcó un antes y un después.

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El objetivo, como en cualquier carrera de resistencia, es ir lo más rápido posible pero conservando el vehículo y rezando por su fiabilidad. Roy Harroun lo sabía y mientras otros pilotos, como David Bruce-Brown a bordo de un Fiat, corrían todo lo que podían, Harroun decidió marcan una velocidad constante de 75 millas por hora, 120 km/h. Parece poco, pero para esa época, con esos coches, me parece digno de aplauso.

Esa estrategia finalmente fue la correcta y Roy Harroun, con su Marmon Wasp, vencieron las primeras 500 millas de Indianápolis, con una velocidad media de 74,6 mph. El piloto se embolsó 14.250 dólares de aquellos tiempos (una fortuna) y se retiró. El Wasp, del que solamente se fabricó ese ejemplar, se encuentra en el Hall of Fame Museum del Indianapolis Motor Speedway. La leyenda del Wasp jamás murió y es, desde siempre, el coche más famoso de las 500 millas de Indianápolis, un icono.

Desafortunadamente, es el único ejemplar producido, por lo que es imposible que nadie pueda comprar esa leyenda: su precio sería un escándalo. Pero un grupo de entusiastas decidieron revivir el Marmon Wasp, con su espectacular carrocería aerodinámica amarilla y su retrovisor central (el primer coche de la historia en montarlo), basándose en un chasis Nash de 1917 y un propulsor, también Nash, de seis cilindros. El reto era gigante, pero la ilusión con la que lo han ido fabricando durante décadas, encomiable.

Y es que han necesitado más de 19.000 horas de trabajo manual para llevar a cabo este monumental proyecto, que ha necesitado la fabricación de 1.500 piezas únicas. El resultado es una pasada: una réplica del Marmon Wasp perfecta, realizada al milímetro y con el beneplácito del museo, donde pudieron obtener las medidas y muchos detalles del original para hacerlo lo más fiel posible.

Ahora entenderás lo que te decía al comienzo. Sí, es una réplica, pero es algo único de un coche irrepetible. Es la única posibilidad que tienes de llevarte al garaje un pedacito de las primeras 500 millas de Indianápolis. ¿Su precio? Una subasta así, de un coche tan especial, es toda una incógnita: en principio debería rondar entre 90.000 y 150.000 dólares. No es barato, pero te aseguro que después de analizar la galería de esta réplica del Marmon Wasp, no te parecerá un precio excesivo. Ah, la subasta tendrá lugar en Hershey, Pennsylvania durante los días 6 y 7 de octubre.

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