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Seat Ibiza Olímpico, el Seat que casi nadie conoce

Creado en el marco de los Juegos Olímpicos de Barcelona 92, tenía una decoración exterior e interior bastante vistosa, y un brioso motor de 100 CV.

1992. Un año importante en la historia española porque se celebraron los Juegos Olímpicos de Barcelona. Las miradas de todo el mundo se centraban en la ciudad condal y el fabricante de coches más estrechamente relacionado con ella supo aprovechar la ocasión: SEAT se convirtió en la marca oficial de las olimpiadas y produjo una flota de 2.000 vehículos conducidos por 400 voluntarios que trasladaron a deportistas, personalidades y periodistas acreditados por las distintas instalaciones mientras duró el evento.

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La marca, de hecho, aprovechó la ocasión para crear tres modelos bastante especiales. Por un lado un Toledo del que solo se fabricaron 24 unidades, que se regaló a los medallistas españoles y que tenía detalles exclusivos como la pintura azul marino de la carrocería, la moldura de madera del volante y un teléfono portátil en el reposabrazos. Por otro, una variante eléctrica del Toledo, con unas baterías de 500 kilos que le otorgaban una autonomía de 65 kilómetros y que se empleó para acompañar a los atletas durante el recorrido de la antorcha y la prueba del Maratón.

Y por último, SEAT Ibiza Olímpico, del que se produjo una tirada bastante amplia y que se convirtió en el coche oficial de los juegos. Basado en la plataforma SXI del modelo, lucia en blanco como color principal, con las líneas que surcaban la zona inferior de plástico en tono azul. El detalle estético más destacado era la presencia del logo olímpico sobre el paso de rueda trasero, aunque también había pequeñas grafías en los laterales y la zaga. En el habitáculo se optó por la tapicería de tela en tono azul marino, con las molduras de puertas y salpicadero en amarillo.

A nivel mecánico, empleaba un motor 1.5 tetracilíndrico de 100 CV, lo que no puede parecer mucho, pero combinado con un peso de solo 935 kg daba como resultado una conducción bastante alegre y ágil. De hecho, aceleraba de 0 a 100 km/h en 10,8 segundos y llegaba a una velocidad máxima de 184 km/h.

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