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A la cárcel por cortarse la mano para estafar al seguro

A la cárcel por cortarse la mano para estafar al seguro
¿Recuerdas la historia del hombre que se cortó la mano para estafar al seguro? Ya tiene final: el juez le ha condenado a tres años y medio de cárcel por un delito de estafa continuada. Además, tendrá que devolver los 335.000 euros que ya había cobrado en concepto de indemnización.

Quizá recuerdes este historia: un hombre se corta la mano para estafar al seguro. Sucedió en 2007 pero el punto y final a tan asombrosa ocurrencia (por calificarla de alguna forma) llega con la sentencia del Tribunal Supremo que condena al condutor a tres años y medio de cárcel por un delito de estafa continuada.

En España se produce un intento de engaño a las compañías de seguro acada 1,16 minutos (de hecho, las tramas de fraude al seguro han crecido un 500%). Y aunque según reconocen las compañías las hay de lo más ingeniosas la de este hombre que se cortó la mano para estafar al seguro entra por derecho propio a los primeros puestos del ranking.

Porque la amputación es solo la guinda de una puesta en escena digna de una película de Hollywood. Una compañía de seguros recibe una petición de indemnización por parte de uno de sus asegurados. De acuerdo con la narración de los hechos, el conductor ha sufrido un aparatoso accidente por culpa de un animal o persona. Son las siete de la mañana, el sol está alto y le deslumbra de tal manera que no le permite ver qué es, pero da un volantazo a la izquierda que hace que su coche ruede terraplén abajo.

Así intentan estafar los españoles a su seguro de coche

Como consecuencia del apartoso descenso, algo entra por el parabrisas y secciona la mano derecha del conductor que, aturdido, sale del coche y se hace un torniquete. A los pocos minutos, el vehículo, un Renault 19 queda envuelto en llamas.

La descripción es aterradora, pero a los investigadores del seguro algo no les cuadró. Para empezar, que el conductor había contratado 11 pólizas entre marzo de 2006 y noviembre de 2007, en siete compañías y por un valor total de casi 1,9 millones de euros. Extrañó que firmara tantos contratos cuando no tenía trabajo ni ingresos conocidos, pero sí varias órdenes de embargo contras su piso y su casa. Sorprendió también su actitud: dicen que lejos de mostrarse amedrentado dijo: "a pagar, a pagar, no tengo mano pero sí voy a tener dinerito".

La investigación desmintió punto por punto todo el relato del accidente del estafador y desveló lo que en realidad había pasado. Ni animal, ni objeto, ni ciclista. El conductor, que entonces tenía 34 años, había colocado el coche al borde del terraplén y lo había empujado, después (con ayuda de alguien) se cortó la mano y la dejó dentro del coche que incendió para dejarla completamente chamuscada.

El conductor fue condenado a pasar cuatro años en prisión, pero recurrió la sentencia ante el Tribunal Supremo que ahora ratifica lo dicho por el anterior juez aunque rebaja la condena a tres años y medio. Además, obliga al demandado a devolver los 335.000 euros que ya había cobrado en concepto de indemnización.

Seguro que el intento de estafa entra en las razones por las que una compañía de seguros puede decir NO a un conductor.

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