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Algunas razones para amar un Toyota Celica de 1982

Algunas razones para amar un Toyota Celica de 1982
Si tu padre te lo regala con 18 y te enseña a arreglarlo, no te faltarán razones para amar un Toyota Celica de 1982.

¿Por qué este tipo de cosas solo pasan en EEUU? O, al menos, solo trascienden cuando han sucedido allí, el caso es que Jalopnik publica esta historia que nos da más razones para amar un Toyota Celica de 1982. Y es que es un modelo que, salvo en las 'islas afortunadas' no se vendió en España oficialmente. Aquí, el primer Toyota Célica del que la mayoría tenemos un recuerdo del Toyota Celica de los 90 con el que Carlos Sáinz padre logró ganar el Mundial de Rallys FIA.

Pero aunque el Toyota Celica de 1982 no tenga el doble turbo en el motor que dio tanto brillo a su descendiente, sigue teniendo sus atractivos. En primer lugar, precisamente eso, que su mecánica V6 es de aspiración normal. Pero sobre todo, lo mejor de este Toyota Celica Supra –así se llamó el modelo en EEUU- son sus ángulos. Con ese afilado morro va a ser difícil volver a ver coches en el futuro debido a las normativas de protección a los peatones. Aunque tampoco te pierdas la terminación tipo ‘fashback’ de la zaga deportiva.

Bueno, pues por lo que puedes ver arriba, el padre del propietario de este deportivo de hace 33 años, decidió regalárselo a su hijo, de 18. Por supuesto, el Toyota Celica Supra no estaba en las condiciones excepcionales en las que aparece aquí, sino que estaba hecho polvo. Entre los dos consiguieron arreglarlo de arriba abajo y ahora el chaval conduce el oldtimer de los 80 más cool de su barrio por los 1.600 dólares que les costó en origen más las horas y horas de mano de obra e imborrables recuerdos de momentos paternos. Abajo, puedes ver un comercial de la época que ha propuesto uno de los lectores de Jalopnik, lo incluyo porque mola. 

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