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Pruebas extremas para el nuevo Focus

Aún lleva el camuflaje que esconde cómo serán las líneas definitivas del próximo Focus, pero los ingenieros de Ford ya lo están probando en las condiciones más extremas, con el fin de asegurar que su funcionamiento sea óptimo esté donde esté. Las retorcidas carreteras de los Alpes son testigo de su actuación.

Lagos congelados en el Ártico, desiertos abrasadores y, ahora, carreteras tortuosas en los Alpes. Las pruebas sirven para asegurar un comportamiento impecable en cualquier parte del mundo y Ford quiere que su nuevo Focus siga poniendo el listón muy alto... a 2.504 metros, para ser exactos.

Con 48 kilómetros de longitud y 36 curvas muy exigentes, la vía de alta montaña Grossglockner (en Austria) es un lugar de peregrinaje para los amantes de la conducción. Entre sus encantos están unos paisajes fascinantes, un recorrido de ensueño... y unas caídas que ponen los pelos de punta. No hay barreras de protección, por lo que la concentración ha de ser máxima. Lleva a una altura de más de 2.500 metros; es ideal para los propósitos de la marca del óvalo, que realiza allí sus test para saber en qué grado afecta la altitud al próximo Focus.

Cuanto más se sube, menos oxígeno hay en el aire: humanos y motores encuentran más dificultades para respirar. En este escenario se ponen a prueba las mecánicas -tanto diésel como gasolina- del modelo. “Evaluamos el comportamiento del Focus en este tipo de carreteras desde la perspectiva de un conductor normal”, explica Bernd Herwelling, ingeniero de Integración de Vehículos de Ford. “Queremos saber cómo actúa en las subidas y bajadas prolongadas. Para los tests empleamos la primera sección, que tiene la pendiente más acusada: un 12% constante hasta los 2.400 metros. El aire es muy fino a esa altura, por lo que el propulsor tiene que trabajar duro”, añade.

Cada día, Herwelling completa 200 kilómetros recorriendo esta vía en ambos sentidos. “Se generan muchos datos, recogidos por más de 100 canales electrónicos que graban cómo se está comportando el coche", aclara. Las pruebas también se llevan a cabo con remolques, para saber cuál será la reacción del vehículo cuando tenga que subir arrastrando peso: el conductor debe avanzar a una velocidad de 30 km/h, con el fin de que el sistema de refrigeración del motor trabaje al máximo. Después de este entrenamiento, el próximo Focus llegará a los concesionarios en perfecta forma.

¿Qué te parece esta carretera? ¿Se te ocurre otra donde poner a prueba un coche? ¿Tienes alguna favorita?

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