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Pontevedra: bajan la velocidad máxima, sube la media

Pontevedra: bajan la velocidad máxima, sube la media
En Pontevedra han pensado que el centro de la ciudad tiene que ser más de los ciudadanos que de lo coches. Por eso han tomado algunas medidas disuasorias para los vehículos que han aumentado la calidad de vida. Por ejemplo, han puesto de máxima 30 km/h. Con esta bajada de la máxima, ¡curiosamente ha subido la velocidad media!

¿Te imaginas que prohibieran el tráfico en el centro de Madrid, Valencia o Barcelona? ¿Que se redujera la velocidad máxima a 30 km/h por sus calles? Pues bien, eso es precisamente lo que ha hecho la ciudad de Pontevedra y, visto lo visto, ha salido bien la jugada.

El resultado de esta experiencia, que comenzó en 1999 ha sido bastante positiva, a juzgar por lo que se recoge en el libro que ha editado PONS Seguridad Vial y que inaugura una colección denominada Movilidad Responsable. Se titula 'Pontevedra, otra movilidad, otra ciudad' y a lo largo de sus páginas puede encontrar datos relacionados con la velocidad media, las emisiones o la siniestralidad, por ejemplo, que como te puedes imaginar, se han visto reducidas bastante gracias a que se ha apostado por la peatonalización de grandes partes del casco urbano. De hecho, han lanzado una especie de plano de metro en el que aparecen los tiempos de desplazamiento a pie entre los diferentes puntos de la ciudad.

Pasominuto en Pontevedra

Lo cierto es que tiene truco: el Ayuntamiento pontevedrés ha buscado (y conseguido) un efecto disuasorio: en lugar de utilizar el coche para todo, lo que intentan es que los ciudadanos utilicen el transporte privado solo cuando sea necesario. Por ejemplo, creando bucles: Ramón Ledesma, que es uno de los asesores de PONS y en su tiempo fue uno de los principales impulsores del carné por puntos desde su cargo de subdirector general de Ordenación Normativa de la DGT, contaba en la presentación del libro que se pasó unos pocos metros la dirección a la que iba y tuvo que dar una vuelta de unos pocos kilómetros para llegar al mismo punto.

Pero lo cierto es que la reducción del tráfico ha traído consecuencias positivas: la velocidad media ha subido un 35 por ciento y se ha situado en unos 21 km/h. Pero otros efectos de los buenos se notan en el bolsillo... al menos de los ciudadanos, porque las petroleras estarán poco contentas: de los 6.391.843 litros de combustible utlizados en 1996, se ha pasado a 792.812 en 2014. Esto también redunda en las emisiones: de 16.139 toneladas de CO2 se ha pasado a 2.001 en el mismo periodo de tiempo...

El libro editado por PONS Seguridad Vial también muestra las claves que han llevado a que el peatón sea el rey: creación de pasos elevados para los coches (así los conductores tienen la percepción de que están 'robando' el sitio al peatón), la citada reducción de la velocidad y una bastante llamativa: fin del estacionamiento regulado. En su lugar se habilitan aparcamientos gratuitos en los que der dejar el coche 15 minutos para realizar las gestiones necesarias.

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