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La colección de coches que (casi) arruina a Nicholas Cage

El actor tiene una impresionante colección de vehículos formada por piezas de lo más exclusivas que cuestan hasta varios millones, se dice que hasta ha llegado a adquirir 20 coches en un año.

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¿Puede un papel en una película marcar a un actor? No sabemos la respuesta a ciencia cierta, pero seguramente el intérprete lleve consigo, en mayor o menor medida, parte de los roles que ha representado en la pequeña o gran pantalla. En el caso de Nicolas Cage, su interpretación de Randall ‘Memphis’ Raines en la mítica ’60 Segundos’ (2000) le convirtió en un auténtico petrolead, un loco de los coches con una colección que bien puede ser la envidia de cualquier amante del mundillo.

Puede que no tenga en su poder un Shelby Mustang GT500 Eleanor (hay que recordar que para la película se utilizaron varias unidades del Mustang Fastaback del 67 ‘tuneadas’), pero su garaje está bien servido tanto de modelos modernos como de auténticos clasicazos. Entre estos últimos hay joyas de una rareza considerable, hablamos de, entre otros, un Rolls-Royce Silver Cloud III H.J. Mulliner Convertible de 1964, un Lamborghini 350 GT del 65, un Miura SVJ de 1971, un Porsche 356 Pre-A Speedster del 55, un Ferrari 250 GT LWB California Spyder de 1959, un Porsche 911 Carrera RS de 1973, un Jaguar E-Type Semi-Lightweight Competition del 63 o un Rolls-Royce Silver Cloud III Sedan del 64. Es difícil decidirse por cuál de estos modelos se lleva la palma, pero si hay consenso en que dos se sitúan por encima del resto: un Bugatti T57C Atalante Coupe de 1938 que bien podría ser una pieza de museo y un Ferrari 250 GT cuyo se valor se estima casi en tres millones y medio de dólares.

Cubierto el cupo de clásicos, Cage también tiene hueco para vehículos más deportivos. Aunque atendiendo a los números está clara cuál es su preferencia. Solo hay constancia de que tenga en su colección un Lamborghini Diablo de 2001 y un espectacular Ferrari Enzo. Sin embargo, cabe la posibilidad de que todavía no se le haya pillado con alguno de sus nuevos “juguetes”, ya que se rumorea que ha llegado a adquirir hasta 20 coches en un año  y una buena prueba de ello es aquella ocasión en la que se agenció nueve Rolls-Royce de una tacada. Solo pensar en la cantidad de dinero que hay que invertir en mantener y tener a punto semejante cuadra, da hasta vértigo.

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