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El Mercedes más innecesario

Nacho de Haro

¿Cuál crees que puede ser el Mercedes más innecesario, el modelo que menos sentido tiene de la gama del fabricante alemán? Una pista: es una berlina de 5,28 metros de largo y 2.250 kilogramos de peso que produce 1.000 Nm de par, una cifra que pone en serios aprietos a sus dos neumáticos traseros, que son únicos los encargados de transformar toda esa fuerza en velocidad. No tendrá sentido, pero inexplicablemente nos encanta.

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Si echas un vistazo a la amplísima gama de Mercedes-Benz, encontrarás compactos como el Clase A, todocaminos como el GLC, monovolúmenes como el Clase V, berlinas como el Clase S e incluso, deportivos auténticos como el espectacular AMG GT. Tienen un representante prácticamente para cada segmento del mercado, pero de entre todos sus coches, hay un Mercedes que parece innecesario pero que, al mismo tiempo, nos encanta por la locura que representa.

El modelo de Mercedes con menos sentido, el coche al que nos referimos, es el brutal Mercedes-AMG S 65, una colosal berlina de representación que mide 5,28 metros de largo y sobrepasa con holgura las 2,2 toneladas de peso en vacío. Representa lo más de lo más entre las berlinas desarrolladas por el departamento de altas prestaciones de Mercedes: no hay ningún otro coche de cuatro puertas más poderoso en su gama, que no en el mundo, pues sorprendentemente este ‘yate’ de carretera de 272.000 euros es superado, en lo que a potencia se refiere, por un sedán de poco más de 60.000 euros, el Dodge Charger SRT Hellcat de 716 CV.

La versión coupé: Mercedes-AMG S 65 Coupé

Aunque es un coche que en el fondo nos gusta, decimos que la versión berlina del S 65 es el Mercedes más innecesario por varias razones, como por ejemplo, por la dificultad que tienen sus dos neumáticos traseros para transmitir al suelo los 630 CV y 1.000 Nm de par que produce su enorme motor 6.0 V12 biturbo. Cuesta casi 100.000 euros más que el modelo que está justo por debajo en la gama, el Mercedes-AMG S 63, cifra que se justifica teóricamente gracias a su mayor rendimiento mecánico. Dirías, por tanto, que el S 65 es más caro porque es más potente y en consecuencia, más rápido, pero nada más lejos de la realidad.

El Mercedes-AMG S 65 se ve superado por su hermano pequeño en casi todos los apartados medibles. Por ejemplo, el S 63 de batalla larga (el S 65 solo se ofrece con esta carrocería) es capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 4 segundos exactos, mientras que su hermano mayor completa la misma operación en 4,3, ¡es tres décimas de segundo más lento! La causa de esto está en la forma en la que transmiten uno y otro la potencia al suelo, ya que mientras que el V12 solo se ofrece como coche de propulsión, el V8 emplea un sistema 4Matic que facilita mucho las cosas.

Fuente: CarBuzz

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