Mentiras y verdades sobre el coche eléctrico
"Los coches eléctricos son tan contaminantes como los diésel"
Ningún motor produce tantos gases nocivos como los diésel. En muchas carreteras, llegan a suponer las tres cuartas partes del NOx. En comparación, un coche eléctrico es sencillamente limpio y silencioso. Si nos atenemos a las emisiones de CO2, tenemos un ejemplo: Un Volkswagen e-Golf, atendiendo al mix energético (en Alemania, por ejemplo, fijado en 535 g CO2/kWh), supondría unas emisiones de 68 g/km. Un Golf TDI equivalente asciende a 106 g/km, a lo que habría que añadir un 20% más proveniente de lo emitido durante la extracción de petróleo, el transporte y las refinerías.
Una cosa más: como el interés por las energías verdes no deja de crecer, los coches eléctricos tenderán a ser aún menos contaminantes. Con todo, hay que tener en cuenta una cosa: aún no existen cálculos fiables de cuántas emisiones de CO2 supone la producción de una batería. Por tanto, aún no se puede dar un dato comparativo concreto.
"Los coches eléctricos son demasiado caros"
Aquí te damos 3 razones para comprar un coche eléctrico.
Estamos en los primeros pasos de la producción masiva de las caras baterías de los coches eléctricos. Los costes, por tanto, tenderán a bajar inevitablemente (el efecto de la economía de escala) y podríamos llegar a un momento en que los precios se equiparen a los de un coche de combustión equivalente. Los círculos especializados prevén que esto sucederá entre 2020 y 2025. Si esto no sucede, la movilidad eléctrica no será competitiva. Pero si llegamos a esa situación, será el ocaso de los coches de gasolina y diésel, sencillamente, porque dejarán de ser rentables.
"En invierno, la autonomía baja radicalmente"
Sí y no. El hecho es que los coches eléctricos de la primera generación se calentaban directamente de la energía de la batería, pro tanto, el margen en días fríos se reducía porque el consumo global subía mucho. Un modelo actual como el Renault Zoe lleva de serie una bomba de calor, que reduce claramente las pérdidas. Pero hay que estar atentos a este elemento, que muchos fabricantes ofrecen como opción por un precio extra. Por otro lado, todos los coches requieren calentarse al inicio de marcha, pero el resto del recorrido solo deben mantener la temperatura, lo que requiere poca energía.
"Un coche eléctrico no está preparado para viajes largos"
Verdad: en este aspecto, el coche eléctrico aún no puede competir con su equivalente de combustión. Por eso, los viajes aún deben ser previamente planificados (salvo en el caso de Tesla y sus puestos Supercharger), porque el proceso de carga aún dura mucho. Por otro lado, hay que tener en cuenta que la autonomía crece con cada nuevo modelo y no dejará de hacerlo, por tanto, el problema será cada vez menor.
"No existen en el mundo suficientes tierras raras para las baterías"
Las tierras raras solo tienen de 'raro' eso, el nombre, y se requieren para el motor eléctrico, pero apenas para las baterías. Si quisiéramos prescindir de estos 17 elementos químicos, deberíamos prescindir también de, pro ejemplo, los elevalunas eléctricos o los motores de los asientos con regulación eléctrica. Otra cosa es el precio del litio: hay suficiente en la Tierra, el problema es no siempre su extracción es barata.
"La batería es un residuo tóxico"
Cuando una batería deja de ser útil para un coche eléctrico, puede seguir usándose, por ejemplo, en un hogar como un almacenador de electricidad estacionario. Una vida total útil de 20 años es posible. Y después de eso, está la opción de reciclarla: metales como cobre, níquel y cobalto se recuperan desde hace tiempo. En el caso del litio, (todavía) no es financieramente rentable.
"No puedo tirar un cable desde mi balcón para enchufarlo"
Efectivamente. Aún falta que se expanda la red de carga urbana en nuestro país. Y también los puestos de carga rápida. En los países escandinavos ya existen, por ejemplo, enchufes de carga en muchos supermercados: en cada una de las plazas de aparcamiento. Tiempo al tiempo.
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