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La noche de Halloween más hermosa del mundo

Antonio López

Las auroras boreales son un fenómeno de la naturaleza que va más allá del razonamiento científico. En la noche de Halloween las auroras boreales iluminan la noche de las ciudades del Norte de Europa, creando luces hechizantes.

El día 31 de octubre, o más conocido como la noche de los muertos vivientes, o Halloween, es una tradición estadounidense que se ha extendido por todo el mundo. Aquí en España, se vive la noche de Halloween entre calabazas, disfraces y llamadas al telefonillo de niños pidiendo caramelos. Pero hay otros lugares del mundo en los que se puede vivir la noche de los muertos vivientes de una manera diferente. Y es que, en el Norte de Europa, en la noche de Halloween, las auroras boreales iluminan el cielo creando unas luces hechizantes. Este fenómeno de la naturaleza, cuyo razonamiento científico es bastante incierto, lo explican con diferentes leyendas los pueblos que llevan siglos viviendo bajo el manto mágico de la aurora boreal.

Los samis, un pueblo indígena de Laponia, una región que se extiende por el norte de Noruega, Suecia, Finlandia y la península de Kola, al noroeste de Rusia, tradicionalmente ha creído que son la energía de las almas de los difuntos, por lo que hay que ser respetuosos con ellas, o de lo contrario acechará tu mala fortuna. 

Por otro lado, la mitología vikinga ha vinculado las auroras boreales con las valkirias,  mientras que el folclore noruego consideró que las auroras boreales eran la representación de los espíritus de doncellas que danzaban y saludaban a los habitantes de las regiones del Norte de Europa. 

En esta época del año, en la que se incluye la noche de Halloween, las auroras boreales son espectaculares, y las posibilidades para contemplar este fenómeno natural tan especial son mayores. El periodo comprendido entre el equinoccio de otoño (21 de septiembre) y el equinoccio de primavera (21 de marzo), es la mejor época para rendirse ante la diosa latina del amanecer, Aurora, mecida por los vientos del norte, los boreales, como los llamaron los griegos.

Fuente: Ocholeguas

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