Jorge Lorenzo se pone a entrenar tras el fiasco de Assen
Diego de Arístegui
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Jorge Lorenzo se pone a entrenar tras el fiasco de Assen. El piloto balear volvió a vivir un tremendo infierno en la última carrera de MotoGP disputada en el trazado holandés, donde la lluvia volvió a mostrar los síntomas de flaqueza que tiene Jorge Lorenzo en estas condiciones. Un resultado muy malo y que merecía por lo menos una reflexión por parte del vigente campeón para futuras pruebas en mojado.
En apenas tres carreras, Jorge ha pasado de comandar la clasificación general tras su gran victoria ante Marc Márquez en Mugello a dejarse 24 puntos de diferencia con el de Cervera. Sí que es cierto que perdió 20 de golpe por el incidente que tuvo con Andrea Iannone en Montmeló y donde él no tuvo ni una sola parte de culpa. Sin embargo, la carrera no estaba yéndole bien a Lorenzo y en Assen ya sí que no hubo excusa que valiese.
Está claro que un piloto tan perfecto como Lorenzo en seco no puede cambiar tanto si nivel encima de la moto cuando la lluvia hace acto de presencia. Es algo que un campeón como él no puede permitirse y por ello Lorenzo ha querido ponerle remedio tan pronto sea posible. ¿Cómo? Yéndose a entrenar al Circuito de Alcarrás con una moto de supermotard (aquí puedes ver el vídeo en su cuenta de Instagram), algo que no suele ser habitual en su rutina de entrenamiento.
Otros pilotos como Marc Márquez y Valentino Rossi sí que cimentan su preparación semanal en rodar muchas vueltas con motos de motocross y de supermotard. Márquez suele hacer mucho esto en Rufea, mientras que Valentino Rossi hace lo propio en su rancho de Tavullia. Lo sorprendente ha sido ver a Jorge Lorenzo practicar esta especialidad.
El mallorquín siempre se ha caracterizado por un entrenamiento físico que no incluía el contacto con la moto. Sin embargo, parece que tras el fiasco de Assen Lorenzo quiere pulir más su pilotaje tratando de obtener más sensaciones mientras derrapa con la moto de supermotard, todo ello con el objetivo de entender el comportamiento de una moto nerviosa para extrapolarlo después a una futura carrera en mojado o con condiciones extremas de temperatura, coyuntura en la que también Lorenzo ha sufrido muchísimo.
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