El Gobierno trabaja para bajar el precio de la gasolina

El Gobierno sigue trabajando para bajar el precio gasolina y mejorar la competencia. Así lo ha declarado la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Saenz de Santamaría, durante la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.

El precio de la gasolina ha bajado ligeramente en noviembre. Ante este hecho, la vicepresidenta del Gobierno ha declarado que el Ejecutivo piensa seguir trabajando para conseguir bajar más los precios e incrementar la competencia. Y es que El Gobierno ha recordado que el margen de beneficios de las petroleras es mayor en España que en otros países europeos y que es precisamente este factor el que incrementa el precio que pagan los consumidores.

Esta línea de trabajo del Gobierno arrancó hace poco más de un mes, cuando los precios de la gasolina alcanzaron máximos históricos. El ministro de Industria, José Manuel Soria, apeló a las petroleras para que fuesen ellas quienes abaratasen los altos precios de la gasolina.

El Gobierno espera que las petroleras adopten medidas de manera voluntaria, pero de no ser así, se adoptarán una serie de "medidas selectivas". Tal como recordó Soria, El Gobierno "no tiene potestad" para establecer un tope en el precio de los combustibles, que han marcado máximos históricos en las últimas semanas, pero sí para tomar otro tipo de medidas, por lo que ha vuelto a recalcar que son ellas las responsables del porqué suben los precios de la gasolina y el diésel.

El ministro se reunió con los máximos dirigentes de las petroleras -Repsol, Cepsa y BP- para "ver si hay un acto voluntario de proceder a ese ajuste de los altos precios".

Soria explicó que el precio de los carburantes se forma a través de tres componentes: el precio del petróleo, que es similar en toda Europa; los impuestos, que en España son más bajos que en los países del entorno; y el margen de beneficio de las distribuidoras.

Soria se reunió con los máximos dirigentes de la principales petroleras con el objetivo de buscar un ajuste "voluntario" de los precios de la gasolina antes de adoptar medidas. La distribución de carburantes es un sector liberalizado en España desde 1998, de manera que el Gobierno no tiene potestad para establecer un precio máximo para gasóleos y gasolinas, aunque sí puede regular otras cuestiones para frenar los altos precios.

Así, distintos miembros del Gobierno apuntaron la posibilidad de liberalizar la instalación de las estaciones de servicio en autovías y autopistas, revisar las normas de abanderamiento de las gasolineras independientes o gravar con un impuesto específico el margen de beneficio de las distribuidoras.

Según Soria, de esta manera se atacaría al factor responsable del encarecimiento, ya que el coste del petróleo es similar en toda Europa y los impuestos de los hidrocarburos en España son más bajos que en los países del entorno.