Cuidado con este Mini, no es lo que parece

No te pierdas la prueba del Honda Civic Type R

Hemos visto interesantes conversiones en el mundo del tuning y de aficionado. De ese modo, hace algunos meses veíamos un Toyota GT86 con el motor de un Ferrari 458 Italia. Esta conversión nos pareció radical en su momento, pues además del hecho de “meter” un V8 bajo la piel del coupé japonés, el exterior se transformaba para hacer del coche un deportivo radical. Pues bien, este Mini, que en apariencia es como cualquier Mini de los años sesenta, esconde un secreto que lo convierte en todo un demonio del asfalto. Y es que, para empujar sus poco más de 700 kilogramos, ha recurrido al motor de un Honda Integra Type R.

Vale, no podemos compararlo con el espectacular V8 que alimenta al Ferrari 458 Italia, pero es que tampoco podemos comparar un Toyota GT86 con un Mini de los años sesenta. La mecánica de Integra Type R, la que se esconde bajo el pequeño cuerpo de este Mini del 62, es un 2.0 litros de nada menos que 220 caballos de potencia. Esta potencia se queda excesivamente corta si la comparamos con los 570 CV del Ferrari, pero empujando un cuerpo de 700 kg. la cosa cambia, y mucho.

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El primer propietario de este Mini además de equiparlo con el motor del Honda Integra Type R montó en su habitáculo una jaula antivuelco, asientos de competición y volante Sparco. El interior no parece el mismo, pues solo cuenta con los elementos fundamentales para aligerar el peso del vehículo. De la misma manera, ya que ahora este Mini corre sustancialmente más, el equipo de frenos se basta de discos perforados.

Su transformación ocurrió en California, aunque poco después se mudó hasta Texas junto a su nuevo dueño. El actual propietario, quien ha colgado el anuncio en eBay, vive en Michigan, hasta donde tendremos que viajar si queremos verlo. La cantidad a la que asciende la puja es de 17.400 dólares, unos 15.000 euros al cambio actual.