Cuatro años de la muerte de Marco Simoncelli

Ésta es una de esas noticias que, como periodista, no me gusta escribir y como motorista me cuesta horrores. Ya hace cuatro años del terrible accidente en el que perdió la vida Simoncelli y aún se hace complicado juntar unas cuantas palabras para hablar sobre él.

Hace cuatro años que el valiente y agresivo (criticado por ello) piloto italiano tuvo una caída en la carrera del GP de Malasia en el circuito de Sepang, con tan mala suerte que dos pilotos lo arrollaron y el casco de Simoncelli salió volando. Colin Edwards fue uno de los pilotos implicados y el otro fue Valentino Rossi, su compatriota y también amigo.

La muerte de Simoncelli sirvió de recordatorio a muchos de lo que realmente se juegan en la pista los pilotos, la vida. Porque a veces parece fácil pero van al límite y rodando a velocidades vertiginosas. No es normal que sucedan este tipo de accidentes, pero curiosamente un año antes el japonés Shoya Tomizawa perdió la vida en un accidente muy parecido. El anterior fallecido fue en 2003, Daijiro Kato en Suzuka al golpearse contra las protecciones después de salirse recto, un accidente que significó el final de MotoGP en ese circuito.

Afortunadamente las muertes en MotoGP son muy pocas pero no por ello debemos restarles importancia. Desde su muerte, el circuito de Misano lleva su nombre y no son pocos los pilotos de la parrilla que llevan en algún lugar de su moto, casco o moto un número 58 en su honor, el primero Valentino.

Hasta siempre Marco.