Comparativa: nuevo Chevrolet Camaro vs BMW M3 de segunda mano

Por un poco más de 45.000 euros, puedes hacerte con un Chevrolet Camaro nuevo con motor V8 y 453 CV. Pero, si lo prefieres, tienes a un precio similar ejemplares del BMW M3 de segunda mano. ¿Cuál es la mejor elección? Las dos son irresistibles, desde luego, pero te vamos a echar una mano para decidirte. Comparativa: Chevrolet Camaro V8 vs BMW M3 de segunda mano.

Seguro que te estarás preguntando por qué no hemos enfrentado al americano directamente contra el BMW M4. Pues porque nuevo, la última generación del deportivo bávaro se pone fácilmente en los 90.000 euros. Por otro lado, el BMW 3 anterior y el Camaro actual tienen cosas en común: para empezar, ambos recurren a nostálgicos V8. En del bávaro en posición longitudinal y lleno de tecnología, que ya desde el ralentí da el 85% de su par máximo y es capaz de estirar hasta unas sorprendentes 8.400 vueltas. Un atmosférico, en definitiva, de los que ya no quedan, con una fuerza descomunal.

VIDEO: Chevrolet Camaro frente al Corvette

Y que depende del, probablemente, mejor cambio de doble embrague de su tiempo: el DKG puede parecer algo indeciso al arrancar, y se toma un lapso para pensárselo que puede llegar a poner nervioso en el día a día. Pero una vez lanzado, inserta a tal velocidad que ni te enteras, y aprovecha el motor al máximo estirando las marchas, pero sin meterlas nunca en zona de peligro. El nuevo Camaro tampoco tiene turbo, y lo compensa a la manera clásica de los americanos: con una enorme cilindrada de 6,2 litros, y un gran par de 617 Nm. Los 453 CV ya están disponibles en su máximo esplendor desde las 5.700 revoluciones. Este LT1 que conocemos de, por ejemplo, el Chevrolet Corvette, lo da todo en todo momento, apenas conoce recesos.

El sonido pasa de borboteo a rugido y te eriza los vellos del brazo con facilidad. Nos ha sorprendido el consumo: hemos medido 12,3 litros después de una ronda de prueba llevándolo a fondo. Para que te hagas una idea: el 4 litros de AMG necesita un litro más. Los 617 Nm aparecen con toda plenitud entre 4.000 y 5.000 vueltas, y el cambio, por desgracia, tiene desarrollos a la americana, que si no podría sacarle aún más partido a este portentoso motor. Por eso la dosificación con el acelerador no es lo inmediata y fina que uno quisiera, a veces el par motor parece estallar y el bloque parece querer salirse del vano motor, y otras, el par motor máximo tarda en llegar más de lo que uno desea. Por suerte, el tarado del chasis no es típicamente americano: ¡Por fin, el Camaro tiene un ajuste firme!

Y eso que al principio no las tenía todas conmigo: la respuesta era algo esponjosa. Pero eso se debe a su excelente chasis adaptativo, que en modo normal da algo de margen a las suspensiones para poder viajar relativamente confortable. Pero en el programa Sport, el Camaro tensa los músculos, los movimientos de la carrocería desaparecen y, en combinación con el diferencial bloqueable trasero activo, el chasis permite un handling sorprendentemente ágil y eficaz. No menos me ha sorprendido la dirección: rápida y comunicativa, permite afrontar los giros con mucha exactitud, sin apenas esfuerzo. Pero ojo, que esto no lleve a equívoco: el Camaro no es ningún deportivo radical, ni un Corvette con otra vestimenta, sino un deportivo potente de precio moderado, eficaz y cómodo para el día a día.

¿Y el BMW M3? Pues aquí sí que estamos ante un deportivo capaz de dar muchas alegrías en circuito, por más que esté concebido para el día a día. Cuando el par motor máximo se proyecta al eje posterior, la zaga prioriza unos sobrevirajes que, con algo de tiempo y "manos", se vuelven muy controlables y permiten redondear el radio de las curvas. Esto te dará una idea del tipo de comportamiento del BMW M3 con motor V8, por el que hoy todavía muchos 'bemeuvistas' suspiran. Una cosa queda clara: llevar este BMW E92 requiere más pericia y algo más de esfuerzo que el solícito (y a la vez brutal) Camaro.