Logo Autobild.es

Coches que no se entendieron: Opel Speedster

Nacho de Haro

El Opel Speedster es uno de esos coches que no se entendieron. Presentado por primera vez en forma de prototipo en el Salón de Ginebra de 1999, este deportivo biplaza se caracterizaba por su dinámico comportamiento y ligero peso y aunque gracias a esto se ganó el respeto de los aficionados, acabó desapareciendo en 2005 sin tener un sucesor directo.

No te pierdas: Porsche 928, fue un incomprendido

Continuamos la saga de reportajes sobre automóviles que en su momento fueron incomprendidos, que arrancó con el siempre polémico Nissan Cube, con este artículo sobre el Opel Speedster. Es uno de esos coches que no se entendieron, ya que aunque se ganó el respeto y el cariño de los amantes de los deportivos ligeros, fue un automóvil con características demasiado radicales en comparación con sus rivales de la época, vehículos como el Toyota MR2 de tercera generación o el Mazda MX-5 de segunda generación.

Como estos, el Opel Speedster era un liviano roadster biplaza, aunque en lugar de tener una capota convencional, como sucedía con sus oponentes de Toyota y Mazda, recurría a una disposición tipo targa. Debutó por primera vez en forma de prototipo en el Salón de Ginebra de 1999 y su nacimiento y posterior llegada al mercado fue posible gracias al acuerdo al que llegaron General Motors y Lotus, que en aquel momento necesitaba un empujón económico para evolucionar al Elise de la primera serie, que ya no cumplía con las normativas de choque europeas.

Duelo entre los modelos actuales más similares al Opel Speedster

De esta forma, el Speedster no solo compartía plataforma con el Lotus Elise de segunda generación, es que además ambos fueron fabricados por Lotus en la misma cadena de producción, desde donde se exportaban a diferentes mercados. Fue comercializado bajo el paraguas de Opel en los principales mercados europeos, mientras que en Reino Unido se vendió como Vauxhall con denominación VX220. También se ofreció en algunos países de Asia como Daewoo Speedster.

Pero mientras que el modelo de Lotus recurrió a motorizaciones de origen Rover y Toyota, el incomprendido Opel Speedster empleaba un propulsor 2.2 de cuatro cilindros atmosférico procedente de General Motors. En concreto, era el mismo que se podía encontrar en el Opel Astra con carrocería coupé de la época, una mecánica que producía 147 CV de potencia a 5.800 vueltas y 203 Nm de par, disponibles a 4.000 rpm. No es mucho, pero hay que tener en cuenta que su peso en vacío se situaba en los 945 kilogramos, lo que da una excelente relación entre peso y potencia.

Con todo, no era en absoluto lento, más bien al contrario, ya que era capaz de pasar de 0 a 100 km/h en 5,9 segundos y de alcanzar una velocidad máxima de 217 km/h. Sin embargo, fueron muchos los que demandaron un mayor rendimiento, de ahí que en 2003 General Motors decidiera lanzar el Opel Speedster Turbo. La principal diferencia de esta variante afectaba al propulsor, que pasó a ser un 2.0 de cuatro cilindros turboalimentado, una mecánica que se podía encontrar en vehículos como el Opel Zafira más deportivo, firmado por OPC. Producía una potencia máxima de 200 CV a 5.500 vueltas y un par motor de 250 Nm, que estaban disponibles de forma constante entre las 1.900 y las 5.500 vueltas.

Su peso se incrementó ligeramente hasta situarse justo por encima de la tonelada de peso, pero el mayor rendimiento del propulsor lo compensaba con creces. El Speedster Turbo podía pasar de 0 a 100 km/h en 4,9 segundos y, con espacio suficiente, alcanzar los 240 km/h de velocidad máxima. El equivalente de Lotus del momento, el Elise 111, menos potente pero también más ligero, pasaba de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos.

[yb:https://youtu.be/5-OieHG5WFk]

El Opel Speedster es uno de esos coches que no se entendieron porque era demasiado radical en comparación con su competencia directa. Tenía el motor en posición central trasera, como el Toyota MR2, pero a diferencia de este, prescindía prácticamente de cualquier elemento de confort con el objetivo de disminuir al mínimo el peso del conjunto, a lo que hay que sumar la dificultad que suponía acceder a su habitáculo, muy bajo y con el asiento situado a escasos centímetros del suelo. Además, era más incómodo debido a la extrema rigidez de sus suspensiones y también, más caro que cualquiera de sus oponentes. Murió en 2005 sin tener un sucesor directo, ya que aunque dos años más tarde GM lanzaría el Opel GT, este último no es comparable al Speedster aunque ambos competían en el segmento de los descapotables de corte deportivo.

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.