Los Citroën más raros de la Historia
Diego López Donaire
Además de coches como el Citroën 2CV y el Citroën DS, que ya sorprendieron por su diseño y/o tecnología en su época, Citroën fue añadiendo otra clase de vehículos: autocares, tractores, un monoplaza y hasta un helicóptero.
Desde el final de los años 20 y hasta los años 60, Citroën también fabricó autocares. Y los incorporó en las más de 150 líneas con que contaba la sociedad de transportes Citroën, creada por la marca en 1931. Uno de ellos fue el Autocar Citroën U23. Carrozado por Besset en 1947 y tomando como base un Citroën U23, este autocar estaba animado por el motor del Traction de 11 CV. Tenía capacidad para 20 pasajeros sentados y 8 de pie.
En la Segunda Guerra Mundial, Citroën desarrolló el Type J, un tractor de 7 CV y cuatro ruedas motrices diseñado en el centro de pruebas de La Ferté Vidame. Antes del Type J, la marca ya había producido pequeños tractores agrícolas derivados del Type A, el primer automóvil Citroën fabricado en serie.
Algunos años después, en 1965, Maurice Emile Pezous, concesionario de Citroën en Albi (Francia) concibió el monoplaza MEP X1. Su desarrollo dio origen al MEP X27, del que se construyeron alrededor de 80 unidades. Con 392 Kg, y un conjunto motor/caja de velocidades del GS adaptado específicamente, este monoplaza de Citroën alcanzaba los 200 km/h y pudo verse sobre los circuitos hasta 1975.
Pero el vehículo que más se sale de lo convencional para una marca como Citroën es el RE 210, un helicóptero biplaza que comenzó a volar en 1975 y que aún se encuentra en buen estado en el Conservatoire Citroën.
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