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Cinco virtudes y un defecto del Opel Grandland X

El Opel Grandland X, SUV grande de la familia de todocaminos alemanas, está al llegar. No hará su debut oficial hasta el Salón de Frankfurt, pero ya tenemos suficientes datos como para analizarlo.

Opel Grandland X: hagan hueco al nuevo

Opel está volcada en su órdago SUV y tras renovar el Mokka añadiéndole la X a su apellido, abrió la veda para llegada del Crossland X y, más adelante, del Opel Grandland X. Este, que cuando se presente en el próximo Salón del Automóvil de Frankfurt cerrará por el momento la familia de todocaminos de la marca, se desmarca un poco de sus hermanos y se establecerá como el SUV grande del fabricante. Todavía queda para que lo veamos en los concesionarios, pero ya podemos apuntar sus virtudes y defectos.

VÍDEO: Así es el nuevo Crossland X

El primer acierto es que, como en los últimos modelos de la marca, llega cargado de tecnología. Su dotación incluirá elementos como frenada de emergencia con detección de peatones, cámara de visión de 360º, asistente de aparcamiento, detector de fatiga, faros adaptativos, sistema IntelliLink, Opel OnStar… Además, su interior es cómodo y espacioso. Disponible únicamente con cinco plazas, los asientos son ergonómicos y calefactables, emplean una tapicería mixta de cuero y tela, y dejan hueco a un maletero con una capacidad que va de 514 a 1.652 litros.

Su imagen será una de sus principales valedoras, con el lenguaje de diseño de Opel perfectamente implementado. La parrilla tiene varios detalles cromados, los faros ligeramente inclinados le dan una mirada más firme, las protecciones de plástico negro inferiores son bastante sutiles y el techo en otro color, que se ‘corta’ en el pilar ‘A’ y deja libre el ‘C’, le aporta personalidad. De su gama mecánica no se sabe nada, pero el hecho de que comparta plataforma con un modelo reconocido como el Peugeot 3008 es garantía. Además, sirve de indicativo sobre los posibles motores que ofrecerá, con diversas opciones tanto gasolina como diesel que abarquen potencias de entre 100 y 180 CV.

El principal pero que se le puede poner al Opel Grandland X es la ausencia de versiones con tracción integral. Es cierto que la mayoría de sus compradores no lo sacarán del asfalto, pero presentar al menso al opción, se agradece. Lo bueno es que lo compensa con el sistema Grip Control, un control de tracción que ofrece cinco modos de conducción que busca optimizar el agarre en función de la situación. Los neumáticos M+S disponibles ayudan al cometido, pero con todo, no es un vehículo apropiado para salir a pista rota.

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