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América de norte a sur; 75.000 km a lomos de una Tiger 800

América de norte a sur; 75.000 km a lomos de una Tiger 800

Alfonso Aguilera

Toda una aventura la realizada por Polo Arnaiz, un madrileño que ha cubierto 75.000 km por el continente americano sobre su Tiger 800 XC.

Cruzar América de norte a sur en moto puede ser el sueño de muchos de nosotros. Polo Arnaiz decidió un día hacerlo, cubrir 75.000 km a lomos de una Tiger 800 con una mínima preparación. Una aventura en su más amplio sentido que se inició como una simple idea que se pasó por la cabeza, viajar en moto sin limitación alguna de fechas y horarios, y que terminó con un viaje de diez meses… inacabado aún por culpa de una caída. Desde ese momento Polo Arnáiz comenzó a planear un viaje que le ha cambiado la vida. "Viajar me gustaba mucho y creo que todos hemos tenido alguna vez el sueño de recorrer el mundo, y si es en moto, mejor. De esta manera, uní las dos cosas y dije: me voy".

Sin embargo, para vivir una aventura por tu propia cuenta y riesgo, con ciertas garantías de éxito, o al menos algo tranquilidad, es necesario hacer una planificación inicial aunque probablemente luego te la saltes. Hay que tener en cuenta la moto que llevarás, qué seguro contratar, las rutas y lugares que quieres visitar y, por supuesto, según cuenta Polo, un respaldo económico; porque puede ocurrir de todo. Precisamente por eso él se considera una persona muy afortunada ya que tiene la suerte de haber podido vivir una aventura de este tipo sin la necesidad de depender de nadie.

Después de ver muchas motos trail, acabó decidiéndose por una Triumph Tiger 800 XC para vivir su aventura tras probarla durante todo un fin de semana. Cuando Polo llegó a América sólo tenía claro que iba a pasar la primera semana en la casa de una amiga en Miami y a partir de ahí había marcado sitios por donde le gustaría pasar o visitar. Durante el primer mes de su estancia tenía todo lo básico más o menos controlado, pero en un viaje de este tipo los imprevistos están a la orden del día. Acontecimientos que te descolocan y te hacen replantearte todo, no tanto sobre la Tiger 800 XC, que cumplió como una campeona, sino de imponderables que van sucediendo.

Precisamente fue una de estas circunstancias imprevisibles la que hizo que Polo entendiese que daba igual lo controlado que tuviese el viaje y que tenía que aprender a adaptarse a cualquier circunstancia. Ahí estaba la aventura. Tras muchos días moviéndose por todo EEUU, haciendo uso de sus tarjetas de crédito en lugares diferentes en muy corto espacio de tiempo, su banco bloqueó las tarjestas ante la posibilidad de que estuviesen haciendo un uso fraudulento de ellas, quedándose a las puertas de la frontera con Canadá con lo que llevaba encima. "En ese momento yo no podía llamar y sólo llevaba 150 € en el bolsillo, y digo sólo porque en aquel momento me pareció muy poco, aunque a día de hoy creo que con 150 € te da de margen para hacer muchas cosas. Estábamos a 0 grados, y seguía lloviendo, después de todo el día en estas condiciones sobre la moto. Entonces me colapsé hasta tal punto que me entró un ataque de pánico, nervios, ansiedad... No sabía dónde iba a dormir, qué iba a hacer, no sabía si el sitio donde me iba a quedar en Canadá iba a llegar con el dinero que tenía... entré en un bucle "muy chungo".  Y es que muchos piensan que ser un aventurero sólo tiene una parte positiva y unas vivencias extraordinarias, pero lo cierto, según nos cuenta Polo, es que un viaje de este tipo te enriquece enormemente, pero es necesario hacerlo con cabeza y estar preparado. Fue entonces cuando comenzó un viaje nuevo para él.

Gran parte del Polo que salió de España se transformó aquel 3 de mayo para siempre. Hizo un reseteo mental rompiendo los miedos y bloqueos que él mismo se imponía y que aparecen al inicio de cualquier aventura. Empezó a valorar cosas que no valoraba y viceversa. 

Tras recorrer todos los países de América de norte a sur, a excepción de 5 de ellos, quedó maravillado con el funcionamiento de su compañera de fatigas, su XC, con la gente y con los grandes parajes naturales en los que habitualmente dormía. Sin embargo, desde Alaska hasta Chile pasando por Canadá, EEUU, Méjico, todo América central, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Argentina, y aun habiendo visto las maravillas de estos países, Polo tiene claro un lugar único que no se puede comparar con el resto: El Salar de Uyuni. El recuerdo imborrable del mayor desierto de sal continuo y el más alto del mundo, situado en Bolivia, con una superficie de más de 10.000 km², permanecerá en su memoria. "Tuve la suerte de colarme dentro entre que lo abrían y cerraban por el paso del Dakar y conseguí hacer noche allí. Además pude ver el salar seco con sus formas hexagonales cuasi perfectas y al día siguiente me levanté con la finísima capa de agua que refleja el cielo y que da la sensación visual de estar andando por las nubes". Esa imagen quedó grabada en su mente y por suerte también en su cámara compacta, otra compañera infatigable, que conoció poco antes de iniciar su aventura. 

El destino quiso que una caída con rotura de tibia y peroné diera el viaje por finalizado tras 10 meses y 75.000 kilómetros, una aventura que retomará a partir de diciembre cuando volverá a Chile a por su moto para terminar lo que no pudo acabar. Desde allí recorrerá los países que le quedan para acabar en Argentina.

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