5 coches japoneses que habría que importar

Japón. La tierra del sol naciente. Un lugar de gustos de los más peculiares en los que la automoción no es ninguna excepción: pasión por las furgonetas compactas, suspensiones a ras de suelo, una preocupante fijación por adherir neones y LED a las carrocerías… Pero entre tanta rareza, los nipones han creado a lo largo de todos estos años coches dignos de recordar. Muchos de ellos se comercializaron en todo el mundo, pero otros tantos no llegaron a salir de sus fronteras. Es por estos últimos por los que suspiramos, aquí tienes una lista de cinco modelos japoneses que, ya que no llegaron a nuestro país, consideramos imprescindible importar.

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El Nissan GT-R actual, también conocido como Godzilla, es una auténtica bestia, pero para los nostálgicos hay un modelo que se guarda con especial cariño: el Skyline GT-R R34. Además de participar en varias películas de la saga ‘A todo gas’, su comportamiento y características estética lo han convertido en un icono. En el terreno de los deportivos otro de nuestros deseos es el Honda Integra Type R, que en su quinta generación se comercializó con 220 CV, asientos Recaro, diferencial de deslizamiento limitado y frenos Brembo.

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Cinco deportivos japoneses sin sucesor (5 imágenes)

Cambiando de registro, aunque no del todo, está el Nissan Stagea, basado en la plataforma del GT-R R33 y que tuvo una variante de corte deportivo denominada Autech 260. Con versiones de tracción trasera o integral, además de con caja de cambios automática de cuatro o siete relaciones, combinaba versatilidad y dinamismo. El Toyota Century en cambio apuesta por el lujo en formato de gran berlina que en su segunda generación montaba un motor V12 que desarrolló hasta 305 CV de potencia. Cierra el quinteto otro sedán de Toyota, el Chaser, que es ligeramente mejor que el resto de berlinas que la marca comercializa fuera de sus fronteras. La variante Tourer V Aero llegaba a los 276 CV.