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El retrovisor y otras 5 cosas que no sabes de Indianápolis

El retrovisor y otras 5 cosas que no sabes de Indianápolis
Te contamos los secretos de las 500 Millas de Indianápolis. No te pierdas la historia del primer retrovisor y otras 5 cosas que no sabías de Indianápolis y la carrera más famosa del mundo.

¿Cómo ver las 500 Millas de Indianápolis?

Históricamente el automovilismo ha sido la plataforma perfecta en la que se han desarrollado numerosos componentes y tecnología que a día de hoy tenemos en los coches de nuestras calles. Las 500 Millas de Indianápolis, como cualquier otra carrera de cualquier otra competición, han contribuido al avance de la industria del automóvil…. ¿sabías que allí se usó por primera vez un espejo retrovisor? La primera edición de las 500 Millas de Indianápolis se celebró en 1911, solo dos años después de que se construyera el circuito.

En aquel entonces, en ese automovilismo primitivo, los pilotos participantes iban acompañados en el propio coche por un mecánico que se encargaba de informarles de la posición en la que iban sus rivales. Participaron cuarenta corredores… y 39 mecánicos. Uno de los pilotos corrió, debido al estrecho diseño del automóvil, sin mecánico que le informase. Se llamaba Ray Harroun, pilotaba un coche de la marca Marmon, y junto a él llevaba un espejo de 7x20 cm con el que se sirvió para ganar la carrera. Beneficiado por la aerodinámica y por un peso menor, Harroun entró en la historia por ser el primer vencedor de esta legendaria carrera y por usar por primera vez un espejo retrovisor (posteriormente lo patentó Elmer Berger en 1921), el cual a día de hoy es indispensable – y obligatorio – para conducir con seguridad.

El ganador celebra con leche

Al vencedor de las 500 Millas de Indianápolis no lo verás bañarse en champán después de la carrera. La tradición dicta que el ganador – el que acaba primero, que no sube al podio porque no lo hay, y se lleva todo el protagonismo – debe celebrar con leche su  triunfo. El inicio de esta gesta data del año 1936, debido a que el ganador de aquella edición, Louis Meyer, decidió celebrar la victoria con un trago de leche, su bebida favorita. No se ha cumplido siempre: entre 1947 y 1955 hubo falta de producción y en 1993 Emerson Fittipaldi decidió festejar con zumo producido por él mismo. Sin embargo, esto le costó numerosas críticas, tras las que decidió coger la botella de leche y beber de ella.

El retrovisor y otras 5 cosas que no sabes de Indianápolis

El trofeo Borg-Warner

Ganar las 500 Millas de Indianápolis es especial por muchos motivos. Quien vence no se lleva una simple copa a casa. El ganador en Indianápolis plasma su cara en el trofeo Bor-Warner, una copa de 1,6 metros de longitud en el que están los rostros de todos los ganadores de la historia de la carrera. Y no, no se la lleva al piloto. El vencedor recibe una réplica de tamaño menor con la que se conmemora su triunfo.

Ladies and Gentlemen, start your engines!

¿Cuáles son las diferencias entre un F1 y un Indycar?

Las 500 Millas de Indianápolis se inician con la frase “Ladies and Gentlemen, start your engines!”, que quiere decir “¡damas y caballeros, arranquen sus motores!”. Sin embargo, no siempre ha sido así, pues estas palabras han ido variando con el tiempo. En un principio fue “Gentlemen, start your engines”, pero la polémica surgió cuando en el año 1977 se clasificó por primera vez una mujer, Janet Guthier, para la carrera. Después de mucha polémica, la organización decidió utilizar la frase: “In company with the first lady ever to qualify at Indianapolis, gentlemen, start your engines”, “junto con la primera dama que se clasifica en Indianápolis, caballeros, arranquen sus motores”. Guthier se volvió a clasificar al año siguiente y pidió que la frase se iniciase con un simple “drivers” (pilotos), pero la organización decidió usar las palabras que aún hoy dan inicio a la carrera: “Ladies and Gentlemen, start your engines!”.

¿Cómo son las 500 Millas de Indianápolis?



 

El ADN de Indianápolis

Aunque el Circuito de Indianápolis se encuentra asfaltado, originalmente el trazado era de ladrillos. Poco a poco se fue asfaltando hasta darle el aspecto que tiene a día de hoy, vigente desde 1961. Sin embargo, hay una parte que está intacta, la llamada Brickyard, la yarda de ladrillos, que se sitúa en la línea de meta.

El ‘Spotter’

A pesar de que los coches de la Indycar sí que tienen espejos retrovisores, controlar todo lo que sucede  su alrededor es prácticamente imposible. Por ello la figura del “spotter” es crucial. Una persona del equipo, situada en el propio circuito en su parte más alta, es el encargado de comunicarse con el piloto para informarle de todo lo que deba saber, como situaciones de peligro o situación de rivales con respecto a él. Con Alonso trabajarán los hermanos Dan y Cole Carter, que serán sus ojos desde las gradas y le informarán en todo momento de lo que no pueda seguir con su mirada.

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