Los coches de Loeb: el campeón francés se atreve con todo
Casos como los de John Surtees, campeón del Mundo de F1 (1964) y Motociclismo (1956, 1958-1960) o Graham Hill (F1, 500 Millas de Indianápolis, y 24 Horas de Le Mans) serían casi impensables hoy en día. Los compromisos y las restricciones por contrato de los actuales pilotos hacen muy difícil que puedan participar de forma paralela en varios campeonatos. Además del gran riesgo implícito de hacerlo. No hay más que recordar a Robert Kubica, que sufrió un gravísimo accidente corriendo por 'hobby' un rally en Italia días antes de comenzar la temporada 2011 de Fórmula 1.
Loeb, el domador de bestias
Sin embargo, hay un hombre que no solo ha demostrado atreverse casi con cualquier cosa, sino que, además, lo suele hacer con bastante pericia. Se trata, como puedes suponer, del gran Sebastien Loeb. El alsaciano debutó en el Mundial de Rallys en la temporada 1999 y ha disputado su última prueba (porque con tipos de su calaña nunca se puede decir “nunca jamás”) hace solo unos días en un vibrante Rally de Francia en el que definitivamente ha cedido su querido trono a su compatriota y tocayo Ogier. Entre la primera y la última quedan cifras que tardarán mucho tiempo en ser superadas y que difícilmente se pueden ver igualadas en otras disciplinas del deporte: nueve títulos mundiales consecutivos, 78 victorias en 167 rallys, 116 podios, 900 'scratch' (tiempo más rápido en un tramo).
Si tenemos en cuenta que los rallys tienen entre 15 y 20 tramos, es fácil hacerse una idea de la forma implacable en la que Loeb ha dominado SU disciplina. Pero no sería justo cerrar este comentario estadístico sin hacer mención a dos nombres inseparables en los éxitos del piloto francés: su eterno copiloto, Daniel Elena, y el soporte técnico de Citroën. Juntos han formado un trío que ha escrito a su antojo la historia reciente de los rallys, con unos vínculos de fidelidad que rozaban lo sagrado, aunque lo cierto es que el piloto siempre ha encontrado hueco para sus propios escarceos con un opulento amante...
Las infidelidades de Loeb
Una vez que ha quedado claro lo que son los rallys para Loeb y viceversa, llega el momento de entrar al detalle en sus otras inquietudes y los otros coches de Loeb. Y aquí aparece un nombre muy importante, a pesar de su rol paralelo: Red Bull. El francés fue uno de los primeros pilotos de categoría mundial que empezó a lucir pegatinas de la bebida energética en su pecho. La cantidad de éxitos y el tamaño de dichos adhesivos crecieron proporcionalmente. Esto, además del obvio efecto económico, ha tenido una repercusión muy concreta en la trayectoria del piloto, que encontró en su sponsor al mejor compañero de viaje para sus aventuras. Red Bull pagaba la fiesta y Loeb ponía las manos. Logró la medalla de oro en el Rallycross de los X-Games y también la victoria en el GP de Pau, disputado en el circuito urbano de la localidad francesa.
En este año 2013, en el que el piloto se ha liberado parcialmente de su compromiso con elWRC corriendo solo cuatro pruebas, ha puesto en marcha un ambicioso programa en el que ha tenido tiempo para correr el FIA GT con un McLaren MP4-12C en su propio equipo (Loeb Racing), donde ganó en su primera carrera y ya lleva cuatro victorias (dos de ellas en el circuito de Navarra), pulverizar el récord en la subida a Pikes Peak 2013 con un monstruoso Peugeot 208 T16 con 875 CV y correr alguna prueba de rallycross.
Por otro lado, la recién estrenada libertad de Loeb ha provocado que le salgan nuevas novias, como Martini, que puso un Porsche 911 GT3 al francés para correr las citas de la Porsche Supercup en Montmeló y Mónaco. También se atreve con las dos ruedas: le gusta hacer trial y este mismo año cumplió el sueño de probar la Moto2 de su compatriota Louis Rossi.
A por más títulos
Pero Loeb no hace todo esto solo por vocación. El genio se está preparando a fondo para afrontar el año que viene su primera participación en el Campeonato del Mundo de Turismos (WTCC), donde correrá con un Citroën C-Elysee que la marca francesa está poniendo a punto con mucho tesón. Será un nuevo reto para ambos y las pretensiones son aspirar al triunfo absoluto desde la primera temporada. La apuesta técnica parece estar a la altura y el piloto ya ha dejado claro en muchas ocasiones su habilidad para ser muy rápido también fuera de un tramo de rally, como demostró en 2006, cuando corrió la carrera de las carreras, las 24 Horas de Le Mans (por segunda vez, ya que en 2005 tuvo que abandonar), y acabó en segundo lugar formando equipo con Eric Hélary y Frank Montagny, con un Pescarolo con motor Judd 5.0 V10 (en 2008 también probó el Peugeot 908 en un evento en Paul Ricard).
¿Más retos? Pues los rumores de que algún día se atreverá con el Dakar llevan tiempo en circulación, aunque de momento solo son especulaciones. Así es Loeb, un depredador cada vez que se sienta detrás de un volante, el hombre al que el mismísimo Michel Vaillant tendría miedo de enfrentarse.
Sus coches de rally
Cuatro han sido los Citroën con los que Loeb ha participado en el Mundial de Rallys. Debutó con el Saxo Kit Car, pero el primer título no llegó hasta 2004 con el Citroën Xsara WRC, repitió en 2005 y 2006. Con el lanzamiento del C4, Sebastien conocería el vehículo con el que más campeonatos ha conquistado (cuatro). En 2011 dio el salto al DS3, con el que ha corrido su último rally después de haber ganado otros tres títulos.
Rossi y Kimi, otros intrépidos
Valentino Rossi y Kimi Räikkönen son otros tipos que no tienen miedo a pilotar cualquier cosa con ruedas. El italiano ha aparcado las motos en muchas ocasiones para correr rallys, GT e incluso probar coches de la Nascar americana. Por su parte, ‘Iceman’ también lo intentó en el WRC después de dejar la F1 y, de vez en cuando, le gusta pasar el rato haciendo motocross o conduciendo motos de nieve de competición.
El sueño de la F1
Sebastien Loeb ha tenido la oportunidad de probar un monoplaza de F1 en un par de ocasiones. La primera de ellas fue en 2007, en un evento organizado por Total, cuando intercambió montura con el finlandés Heikki Kovalainen y tuvo la oportunidad de pilotar el Renault R26 en el circuito francés de Paul Ricard.
En 2008, ‘Seb’ se volvía a montar en un fórmula 1: en esta ocasión fue en Montmeló y con elRed Bull RB4, coincidiendo con una jornada de tests para los equipos en noviembre. Sus tiempos fueron aceptables comparados con pilotos en activo de la parrilla de F1 y esto alimentó los rumores de que podría dejar los rallys para pasarse a los circuitos en la máxima categoría.
Sin embargo, el francés desmintió la información y, además, destapó que un año antes podía haber disputado el último GP de la temporada con Toro Rosso, de no haber sido porque la FIA le negó la superlicencia cuando ya estaba todo acordado.
Hace unos días, en una entrevista exclusiva a AUTOBILD.ES, Loeb desmentía ir al Dakar en 2015.
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