Entrevistamos a los pilotos de Porsche en Le Mans 2016
En las 24 horas de Le Mans, la noche envuelve todo lo que rodea esta prueba con un halo aún más mítico. Los coches con los frenos al rojo, los dorsales fluorescentes, las luces… Cada curva es una leyenda. Pero, para los pilotos, es la parte más engañosa, en la que más cuidado han de tener.
Así lo confiesa Romain Dumas, piloto del Porsche 919 Hybrid número 2, el mismo que va a estar en la pole de la carrera de resistencia más famosa del mundo: “La franja horaria más complicada aquí es… toda la noche. La mejor, cuando cae la bandera a cuadros”. Puede decirlo con conocimiento de causa, porque ha ganado en La Sarthe varias veces. Y quiere una nueva victoria. Para ello, confía en un coche que parece casi infalible: “Es el que está mejor equipado para esta prueba. Tenemos más posibilidades que los Audi o los Toyota, sencillamente, porque conocemos mejor el vehículo”, asegura a Autobild.es. ¿Cambiaría algo? “Añadiría más velocidad punta, pues está un poco por debajo de la del modelo japonés”, nos cuenta. Tenemos 24 horas para averiguarlo…
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Mark Webber, su compañero de equipo, también muestra una fe casi ciega en el Porsche de las 24 horas de Le Mans 2016. “Se trata de un coche muy sensible a las variaciones meteorológicas; por ejemplo, cambia bastante cuando la pista está mojada (y se prevé lluvia). Pero apenas tenemos que preocuparnos por el combustible, porque en este vehículo todo se basa en la eficiencia. Es muy diferente”, explica.
Como Dumas, también cree que las horas nocturnas son la parte más difícil de la carrera. “La visibilidad es engañosa cuando está anocheciendo. Y una vez en la oscuridad, tienes que tener cuidado si das las luces largas al coche que te precede, ya que puedes deslumbrarle con facilidad. Durante el día se considera un gesto más educado; no significa ‘quítate de mi camino’, sino más bien ‘hola, estoy aquí’”. La cortesía reina en el circuito de La Sarthe, territorio de caballeros que saca lo mejor de los pilotos. “En esta carrera, obtienes más vueltas por el mismo precio”, confiesa Webber. “Ganar aquí es muy especial”, añade. Le creemos. Sólo presenciar las 24 horas de Le Mans ya es un privilegio.
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