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Lorenzo: la victoria del no rendirse jamás

Lorenzo: la victoria del no rendirse jamás

Diego de Arístegui

Jorge Lorenzo ha conquistado su tercer título de MotoGP hoy en Valencia. Muchos aficionados han centrado su foco en la fabulosa temporada de Valentino Rossi y sus piques en pista con Marc Márquez, dejando de lado al verdadero protagonista de este año. El piloto mallorquín, por méritos exclusivamente propios ha conseguido el campeonato en una de las temporadas más apretadas de toda la historia. El triunfo de Jorge Lorenzo es la victoria del no rendirse jamás.

No quiero escuchar nada acerca de lo que sucedió en Malasia ni de lo que rodea a Valentino Rossi o Marc Márquez. El verdadero protagonista de hoy y de todo el Mundial de MotoGP 2015 es Jorge Lorenzo, que en el Circuito Ricardo Tormo de Cheste ha conseguido su tercera corona en la élite del motociclismo. El triunfo de Jorge Lorenzo es la victoria del no rendirse jamás.

Victoria y tercer título de MotoGP para un grandísimo Jorge Lorenzo

Lorenzo ha tenido que luchar contra los elementos desde que se apagó el semáforo durante la primera carrera del año en Qatar. Su casco ya le advirtió que 2015 no iba a ser un año fácil, si no todo lo contrario. Si quería conseguir algo tenía que sacar lo mejor de sí mismo y más. En esa primera carrera vio a Valentino Rossi descorchar el champán en lo más alto del podio. Jorge iba a tener un hueso difícil de roer dentro del box.

En Estados Unidos y Argentina Lorenzo pasó sin pena ni gloria, lastrado primero por una gripe y después por una mala elección de neumáticos. Errores que sonaron a excusa, porque el mallorquín saldó sus tres primeras carreras con un quinto y dos cuartos mientras Rossi cosechaba tres podios y dos victorias. Había que cambiar el chip drásticamente.

La reacción vino en Jerez, a lo grande. Lorenzo enlazó cuatro victorias consecutivas (Jerez, Le Mans, Mugello y Catalunya), con lo que no sólo recuperó la distancia con respecto a Rossi si no que su moral empezó a dispararse como la espuma de una cerveza mal tirada. El espartano volvía a recuperar el hambre, o como a él le gusta llamarlo, el equilibrio.

En esa tesitura sólo la mejor versión de Rossi y Márquez pudo con Lorenzo en las próximas carreras. Ahí la diferencia fue que Jorge no se obsesionó, como sí hizo Márquez, y siempre consiguió el resultado que mejor se adaptase a sus posibilidades. El tono lo recuperó tras las vacaciones en Brno, y a punto estuvo de poner fin al sueño americano de Márquez en Indianapolis.

Cuando mejor estaba Lorenzo y las dudas empezaban a salir en la cabeza de Rossi llegó la carrera de Misano. Un reloj suizo tan bueno como Jorge cometió su único error forzando más de la cuenta en unas condiciones que no invitaban a tal menester. La consecuencia fue el primer cero de la temporada y una distancia grande entre Rossi y él.

Llegó la carrera de Motorland Aragón y Lorenzo triunfó en un circuito 100% Honda. 2015 iba a ser el año en que la historia cambiase para el mallorquín, y esa victoria fue un preámbulo clarísimo. Nos fuimos al tridente asiático, donde el español consiguió dos segundas posiciones en Australia y Malasia más un fallo en Motegi. Porque en Japón de nuevo Lorenzo demostró que también es humano. Esa facultad le ayudó a sobreponerse y terminar de recortar la distancia con Valentino para alcanzar Valencia con todas las garantías posibles.

Y en Valencia Lorenzo tenía una de las carreras más incómodas de toda su vida, y el balear la solventó como lo que es, un campeón indiscutible. Séptima victoria de una temporada de ensueño y en el mejor escenario posible, ante las 110.000 personas que agolparon las gradas del Circuito Ricardo Tormo de Cheste. 

Una temporada que se presentaba muy cuesta arriba para Lorenzo ha servido de lección didáctica para demostrar que el arte de no rendirse siempre tiene éxito. La rectitud y la buena letra a veces pueden fallar, pero su efectividad está en los informes, y Lorenzo ha aplicado la regla más correcta a cada momento del año para entrar en el selecto club de los pilotos con tres títulos, donde ahora acompaña a dos de sus grandes mentores, Wayne Rainey y Kenny Roberts, dos mitos de la historia de este deporte como él. Atrás queda Casey Stoner y de momento Marc Márquez. El mejor piloto de la historia de nuestro país y con todo merecimiento. Tengan por seguro que luchará por mantenerse en ese peldaño del podio tanto como lo ha hecho hoy en Valencia.

La verdadera pena que se le queda a un aficionado a este deporte es que el título de Jorge Lorenzo quede empañado por el suceso de Sepang, donde el mallorquín nada tuvo que ver. Lorenzo tiene que vivir con esa sombra alargada siempre. La de no caer bien, la de decir siempre lo que piensa aunque no guste y la de ganar apabullando a sus rivales. Todo eso influye de manera directa en su carisma, aunque afortunadamente no lo hace sobre su magnífica forma de ir en moto.

A día de hoy Lorenzo es el mejor piloto español de todos los tiempos, por delante de los Nieto, Márquez y Pedrosa. Y lo ha hecho marcando su propio camino, aguantando reveses prácticamente de forma diaria pero sin rendirse. Sin duda Lorenzo es una verdadera referencia para cualquier persona que tenga un obstáculo en su vida, porque en materia de superación y de lucha por lo que uno quiere Lorenzo no tiene ningún rival. Una leyenda de este deporte que sigue labrando su camino, algo por lo que cualquier aficionado debería sentirse orgulloso, tal y como se siente el servidor que aporrea las teclas de su teclado en su honor. ¡Gracias por ser tan grande Jorge!

Etiquetas: MotoGP Valencia

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