Logo Autobild.es

Volkswagen Crossblue: algo grande de Wolfsburgo

Diego López Donaire

Más grande que un Touareg, pero apenas más caro que un Tiguan; así debe ser el Volkswagen Crossblue, a la venta a partir de 2016. Nosotros ya hemos conducido este enorme prototipo de seis plazas, impulsado por un motor diésel y otro eléctrico.

Mucho más grande y, sobre todo, espacioso que un Volkswagen Touareg, pero apenas más caro que un Volkswagen Tiguan. Así es como debe aparecer el Volkswagen Crossblue en la paleta de modelos de Volkswagen. Y si, como promete este prototipo, el precio del Crossblue parte de los 35.000 euros, debería haber una conspiración de los dioses para que no triunfara entre los padres europeos de familia numerosa. En este vídeo puedes verlo durante su presentación en el Salón de Detroit:

El Volkswagen Crossblue hereda técnica: “Aunque sea tan gigante, hemos utilizado la plataforma base”, cuenta Dzemal Sjenar, el responsable del prototipo en Wolfsburgo junto a un equipo de 24 personas. Ejes, tracción, tren de rodaje, todo lo conocemos del Golf y lo recibirá el nuevo Tiguan, que en 2015 inicia la nueva ofensiva offroad de la marca.

Así, partiendo de la plataforma modular, el Crossblue aumenta su batalla respecto a la del Tiguan hasta los tres metros, y la longitud hasta casi cinco metros. En total, mide unos 60 centímetros más, y supera al Touareg en 20. Y con más batalla que un Phaeton, promete mucho espacio interior.

Están planificadas no dos, sino tres filas de asientos. En la versión básica con banqueta corrida en el medio y siete plazas, y en la versión que hemos probado con seis asientos individuales.  Estos son sorprendentemente cómodos y tan grandes, que en la segunda fila vas como un señor feudal y en la de atrás, sin apreturas.

Son, además, muy modulables, se pueden deslizar, plegar o esconder en el suelo. “Hemos tomado las soluciones de los asientos del Sharan”, dice Sjena, guiñando un ojo. El Volkswagen Crossblue, con los seis asientos ocupados, tiene un maletero muy respetable de 335 litros, que puede crecer a 812 e incluso hasta los 2.000 litros. Casi se escucha el eco cuando Sjena pliega todas las plazas y nos habla desde el inmenso habitáculo.

Volkswagen Crossblue maletero

Mientras que la técnica es heredada y el diseño es una evolución, el cliente de Volkswagen se sentirá como en un nuevo universo cuando entre dentro del Crossblue. Aparte de un par de mandos como los intermitentes del Golf o el regulador de los espejos del Passat, ningún otro elemento es reconocible.

Uno se encuentra ante una instrumentación configurable, que cambia su aspecto en función del modo de conducción. La consola central del VW Crossblue está presidida por una enorme pantalla, y la palanca del cambio de doble embrague tiene un aspecto más exclusivo que la de un yate de lujo. Las ruedas del climatizador asoman automáticamente desde la consola al arrancar, y los niños de detrás pueden disfrutar con dos Mini iPad que Sjena ha instalado en los reposacabezas. 

El especialista asegura, por si fuera poco, que todo esto podrá incluirse en la versión de serie. Aunque es mejor no apostar por ello. Aún falta que los de arriba saquen el rotulador rojo.

Un diseño robusto, sensación de invulnerabilidad y espacio infinito... En principio, muchos europeos conducirían un coche así con mucho gusto, siempre que el consumo no se dispare.  Esto lo saben en Volkswagen, que tira una vez más de la plataforma modular.  En Estados Unidos, por supuesto, habrá un V6 gasolina, porque allí aún no está tan arraigado lo del ‘downsizing’ . “Pero todos los motores que entran en un Golf, entran también en un Crossblue”, subraya Sjenar. Por ejemplo, con un diésel de 150 CV mantendría perfectamente los límites de consumo.

Valoración

0

Más grande que un Touareg, pero apenas más caro que un Tiguan; así debe ser el Volkswagen Crossblue, a la venta a partir de 2016. Nosotros ya hemos conducido este

Conoce cómo trabajamos en Autobild España.