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Test de remolque: Volkswagen Amarok 2.0 BiTDI

El Volkswagen Amarok lo hace distinto (y bastante mejor) que la mayoría de los 'pick-up' del mercado. Su motor no consume demasiado y el chasis ni se inmuta con el remolque a cuestas; además, la primera marcha tiene una relación tan corta que no echaras de menos la reductora.

Cuando Volkswagen se metió de lleno en el mercado de los pick-up con un coche desarrollado por ellos mismos, le habían llovido ya muchas críticas al Amarok: la decepción y la sorpresa se dieron a partes iguales… La revolución no aparecía por ningún sitio. Y es que este vehículo, fabricado en Argentina era, básicamente, un pick-up con carrocería tradicional y eje rígido trasero. Pero, al contrario que con el resto de sus rivales, se notaba en seguida que Volkswagen tiene en plantilla no solo a diseñadores creativos, sino a ingenieros muy, muy pacientes que, por ejemplo, son capaces de aceptar la tradición sin tirar la toalla y darlo todo por perdido.

Pero bueno, no quiero ser injusto con ellos: que este pick-up haya sido fabricado de un modo tan arcaico como el de sus rivales orientales no tiene tanto que ver con que a los alemanes les falte imaginación, como con los estudios de mercado que Volkswagen llevó a cabo. El resultado fue que la mayoría de los futuros compradores que fueron interrogados querían un pick-up robusto, de los de antes: con chasis tubular y ballesta.

La gente de Volkswagen también descubrió algo más: que un sistema 4x4 no lo es todo en un pick-up, sino que es más que suficiente con que se optimice la tracción para la calle o para el campo, aunque tenga carencias en otros terrenos. Por eso, el Amarok ofrece la posibilidad de elegir entre una tracción integral sencilla, rígida, que se conecte adicionalmente y que sobre asfalto tenga un uso limitado, pero que lleva asociada una reductora para el campo. La otra posibilidad es optar por una tracción 4x4 permanente y útil en cualquier circunstancia, pero a la que le falta, en situaciones extremas, una reductora en condiciones. La combinación de ambos no se contempla.

El Volkswagen Amarok trabaja con un motor que ya conocían de sobra en la marca: un dos litros con dos potencias diferentes. Para la prueba elegí la variante BiTDI más potente con tracción integral permanente. El trabajo del motor con doble turbo resulta más fácil gracias a una caja de cambios de seis velocidades. Debido a que su primera relación es muy corta, el coche tira del remolque con solvencia y sin esfuerzo, incluso en las peores pendientes. Tampoco presenta problemas de tracción con la superficie de carga vacía y sobre firmes resbaladizos y, además, tiene potencia suficiente para que se pueda tirar del remolque sin maltratar el embrague.

Está claro que la versión con reductora tiene más fuerza para enfrentarse a situaciones extremas, pero luego, sobre el asfalto, sólo tendrás tracción a dos ruedas.

Sin embargo, que el Amarok transmita unas sensaciones tan positivas con el remolque se debe a las características de su motor. A partir de las 1.500 vueltas, ya empuja con energía, incluso cuando tiras del remolque a 80 km/h en sexta. Así, es posible enfrentarse a las cuestas menos exigentes sin meter una marcha menos. Esto también significa que el Volkswagen le da una auténtica lección de consumo de combustible al resto de sus rivales: durante el recorrido de pruebas, la inyección common rail bombeó una media de 12,85 litros cada 100 km. De este modo, consiguió afrontar sin problemas la montañosa primera etapa de la prueba: el pequeño motor también mantiene a raya el consumo cuando va muy cargado.

El chasis también demuestra que es mucho mejor que el de sus rivales. La larga batalla de los pick-up no deja que el balanceo sea un problema, pero en el Amarok la situación es especialmente agradable. La típica falta de armonía entre un eje delantero blando y uno trasero duro que presentan estos vehículos no se da en este caso: el comportamiento en marcha del Amarok es de lo más tranquilo. El ESP de serie con estabilización de remolque también tranquiliza. Si llevas mucha carga, pero sueles moverte por asfalto, vas a lamentar que la suspensión del eje trasero no admita más de 220 kilos de carga: si lo necesitas, sólo está disponible para la versión con tracción integral adicional, que es poco recomendable.


Conclusión: El Volkswagen Amarok no inicia ninguna nueva era en el mundo de los pick-up, pero su motor ahorrador y su equilibrado chasis son un éxito. La verdad es que le van que ni pintados para remolcar en condiciones. Este modelo no monta reductora. Y, por eso, los amantes de los remolques echarán de menos la no disponible combinación de tracción integral permanente con una potente y eficaz reductora.

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