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Un SUV radical: al volante del Brabus B 63 620

Brabus demuestra una vez más que no tiene límites. Su última creación se basa en el Mercedes GL AMG y sube hasta los 700 CV. Lo hemos probado.

Un giro a la llave de arranque, y aparece la bestia: el sonido del motor invade el interior y embriagándome una vez más. El rítmico borboteo me recuerda al de una lancha de competición. La música del ocho cilindros biturbo del Brabus B 63 620 es espectacular, y a cualquiera con sangre en las venas le eriza los pelos de los brazos. 

Un preparador como Brabus cuida hasta el último detalle, por eso en la consola central encuentro un botón de aluminio con el que puedo variar el nivel de apertura de las válvulas de escape para lograr un sonido entre moderado y radical. La diferencia se nota mucho más desde fuera que dentro. Y es que las entrañas de este SUV están concebidas como una berlina de lujo. 

En realidad, es un poco absurdo radicalizar aún más un AMG de Mercedes, pero quien quiera cometer tamaña locura, tiene en esta preparación la posibilidad. Lo cierto es que la mayoría de sus clientes, el 80%, vienen de fuera de Europa, dispuestos a pagar los 154.325 euros que cuesta. A cambio: una versión del GL AMG con 620 CV, aunque puedes optar por una variante aún más radical de 700 CV (el modelo de serie rinde 557 CV). Esto se logra en parte con un procesador añadido a la electrónica que no solo eleva la presión el turbo, sino que varía la admisión y la medición del aire, logrando en definitiva un aprovechamiento optimizado el combustible y poder exprimir aún más el motor.

El preparador apuesta por la fiabilidad de la mecánica con todas estas modificaciones, concretamente, con una garantía de tres años o 100.000 kilómetros. 

Chasis puesto al día

También llega retoques en el chasis, como la posibilidad de rebajar la altura de la carrocería en 30 milímetros gracias a la suspensión neumática. Con todo, no hay que olvidar que no se trata de un deportivo puro, aunque para su tamaño y peso tiene un rodar bastante aplomado. Su dirección es precisa, su chasis tiene un ajuste rígido (que penaliza algo el confort) y solo si lo forzamos mucho al entrar en curvas el balanceo llega a hacerse molesto.

Según los datos oficiales es capaz de alcanzar los 280 km/h, pero los neumáticos que monta, unos Pirelli Scorpion Zero en formato 303/35 R 23, ‘solo’ admiten hasta 270 km/h. Lo que está claro es que sigue siendo una cifra estratosférica para un vehículo de 2,6 toneladas de peso. Igual que su consumo: 19,6 litros cada 100 kilómetros realizando una conducción comedida. La versión de 700 CV cuesta 14.000 euros más, pero Brabus llega aún más allá: “Podríamos haber sacado incluso 730 CV de este motor, nos asegura el portavoz de la marca, Sven Gramm. Lo mejor de todo es la rapidez con la que convierten un GL AMG en esta versión radical: si les llevas el tuyo, solo tardarán tres día en los retoques mecánicos y la instalación del kit de carrocería. 

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Brabus demuestra una vez más que no tiene límites. Su última creación se basa en el Mercedes GL AMG y sube hasta los 700 CV. Lo hemos probado.

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