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Prueba: Subaru Forester II de segunda mano

Marcos Diego

La primera generación de 1997 demostró de sobra que lo suyo eran las carreras de fondo. La segunda generación brilla también con luz propia, comparar un Subaru Forester de segunda mano asegura fiabilidad y una escasa incidencia de averías.

El Subaru Forester II tiene un montón de particularidades que lo diferencian de otros competidores directos en el mercado de segunda mano, de su mismo período, como el Toyota RAV4, el Honda CR-V, el Land Rover Freelander o el Nissan X-Trail. Una de ellas la falta de versión diésel, que ahora sí está disponible dentro de la tercera generación.

En lo que a mecánica se refiere, Subaru también prefiere seguir su propio camino y utiliza un motor bóxer de 4 cilindros colocado de forma longitudinal y un sistema de tracción 4x4 permanente con diferencial central. Eso sí, la tracción integral con reparto 50:50 solo podrás disfrutarla si consigues hacerte con un Forester de cambio manual.

Si te decides por un Subaru Forester de segunda mano, con cambio automático, la tracción funciona, en este caso, igual que en el resto de rivales ingleses o procedentes de extremo oriente. Es decir, la tracción llega de forma directa a las ruedas delanteras y se integra en las traseras de forma variable, gracias a un embrague hidráulico de discos múltiples controlado de forma electrónica y automática.

La resistencia al paso del tiempo en este Subaru Forester II de formas discretas no puede recibir otro calificativo más que el de sobresaliente, tanto en su protección a la corrosión como en la sorprendente capacidad de resistencia de sus componentes mecánicos.

El sencillo motor gasolina de este SUV japones  funciona a las mil maravillas y, al mirar la tecnología del interior, te percatas de toda la experiencia de Subaru dentro de los rallys. El motor solo te pide que le eches más combustible cuando empiezas a utilizar su rendimiento adicional y te gusta ir con el pie hundiendo el acelerador.

En estos casos, suele pasar que la caja de cambios se queda desbordada, especialmente la del cambio automático; no obstante, incluso en los modelos turbo, lo más probable es que superes los 150.000 km sin tener que efectuar ninguna reparación. Por eso mismo, la combinación del motor bóxer y su cambio manual es la opción más longeva y económica. Tenlo en cuenta cuando vayas a por un Subaru Forester de ocasión.

Los usuarios que tienen un Subaru Forester II parecen estar muy contentos con sus automóviles y con los talleres oficiales, a los que el 92% puntúa con notas increíbles. La fidelidad de los usuarios a la marca es también digna de mención. Tan solo un 12% de los usuarios planea darle la espalda a Subaru y cambiarse a otra firma, casi todos irían a por un Wolkswagen Tiguan.

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La primera generación de 1997 demostró de sobra que lo suyo eran las carreras de fondo. La segunda generación brilla también con luz propia, comparar un Subaru

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