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Rolls-Royce Phantom Serenity: como la seda

El Rolls-Royce Phantom Serenity acaba de ser presentado en todo su esplendor en el Salón de Ginebra 2015. Un modelo diseñado para celebrar "el papel histórico de la seda como símbolo del poder de la realeza y del imperio".

El Rolls-Royce Phantom Serenity es, sin duda, una de las novedades más opulentas del Salón de Ginebra 2015. Y lo es porque así lo ha querido el equipo de personalizaciones de Rolls que con este modelo se planteó como reto diseñar un modelo que rindiese homenaje a los gustos de los personajes históricamente más ricos y exigentes con los de sus exigentes clientes contemporáneos. ¿Cómo hacerlo? Rindiendo tributo a la seda.

Así, el Phantom Serenity es un modelo único diseñado para celebrar "el papel histórico de la seda como símbolo del poder de la realeza y del imperio".

Los creadores de Rolls-Royce viajaron a las más antiguas fábricas de telas y kimonos de Chinas para aprender este arte ancestral. Luego, volvieron a Reino Unido donde dedicaron dos días para tejer los diez metros de tela (a un ritmo de dos horas por metro) que cubren el interior de la única unidad que se ha fabricado del Serenity.

Todas las flores han sido tejidos a mano, hilo a hilo y puntada a puntada. El montaje de los telares bordados llevó nada menos que 600 horas de trabajo.

A las que hay que sumar otras muchas empleadas para pintar, también a mano las flores de la carrocería.

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Pero el lujo del Rolls-Royce Phantom Serenity no se limita al interior. Los asientos delanteros están vestidos de cuero blanco y los traseros están ligeramente más elevados (para emular la posición de los viajeros de los antiguos carruajes) y cubiertos por una cenefa de madera de cerezo.

De cerezo son también las inserciones del salpicadero, las puertas y la consola central.

La flor de seda aparece también grabada sobre la madera (para conseguir tal grado de detalle, el equipo de personalizaciones de Rolls-Royce ha utilizado láser de última tecnología).

Lujo que se extiende al maletero, cubierto de cuero y alfombra blanca y con dos sombrillas del mismo color que hacen un guiño al espíritu oriental que envuelve a todo el Rolls-Royce Phatom Serenity.

Mención aparte merece la pintura de la carrocería. Para no romper con el tema interior, lleva grabadas las flores de seda. Peor lo primero que llama la atención es del brillo de la pintura blanca. La que cubre el Rolls-Royce Phantom Serenity que se ha mostrado en Ginebra es la pintura más cara de cuantas ha empleado la marca hasta el momento, cuenta con perlas en su composición y fue pulida, sin descanso, durante 12 horas.

El Phantom Serenity es sólo una de las novedades del Salón de Ginebra.

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