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Prueba del Tesla Model S, ¿de verdad gasta lo que dice?

Con dos motores eléctricos (uno de 224 CV en el eje delantero, otro con 476 CV en el trasero) y una batería de 85 kWh, el Tesla Model S P85D promete una autonomía de 491 kilómetros. En esta prueba comprobamos si es verdad.

Por fin podemos probar el Tesla Model S en su variante P85D, con dos motores eléctricos, uno de 224 CV en el eje delantero y otro con 476 CV en el trasero. Y a eso añade una batería de 85 kWh para una autonomía teórica de 491 kilómetros.

Suena muy bien, pero nosotros nunca nos quedamos con los datos oficiales. Por eso hemos sometido al Tesla, igual que hacemos con los híbridos o los motores de combustión, a un test de consumo en recorrido mixto, para comprobar hasta qué punto lo prometido es real en la práctica. 

Por supuesto, nos hemos topado con algunos contratiempos. Para empezar, el recorrido en el que realizamos los test de consumo está a 175 kilómetros de distancia, y hay que partir con la batería totalmente cargada. Al menos, los puestos gratuitos Supercharger, `solo´ necesitan 30 minutos y te proporcionan 270 kilómetros más de autonomía. No está nada mal, pero llenar un depósito de gasolina sigue siendo infinitamente más rápido.

Pero volvamos a la pregunta inicial: ¿cuánto es capaz de recorrer el P85D? Y aquí va la respuesta: depende. Nuestra unidad de pruebas, conducida en muy diversas circunstancias, ha ido desde los 205 kilómetros de autonomía con varios momentos pisando a fondo el acelerador (no olvidéis que realizamos la prueba en Alemania, con varios tramos son límite de velocidad), hasta los 447 realizando una conducción comedida. En nuestro recorrido la media de consumo ha sido de 23,3 kWh cada 100 kilómetros. Esto supone, en un uso diario realista, una autonomía media de 365 kilómetros. 

Y debemos quitarnos el sombrero ante este resultado: ¡Realmente excepcional para un coche eléctrico! Y no es el único dato sorprendente de este Tesla: también rinde nada menos que 700 CV de potencia, con un par abrumador de 967 Nm. Dos cifras que garantizan, y no exageramos un ápice, una conducción y un disfrute al volante al máximo nivel.

El Tesla arranca con energía inusitada, en 3,5 segundos se pone a 100 km/h y a los 14,7 ya vuela a 200 km/h. Son prestaciones de superdeportivo. Pero claro, estamos hablando de una berlina de 2,2 toneladas de peso. Capaz de transmitir sensaciones explosivas al volante.

¿Un motor con un rugido estremecedor? ¡Cosa del pasado! Este solo emite un zumbido contenido, e incluso a elevadas velocidades el ruido aerodinámico se mantiene a raya. 

Y sin esfuerzo. En un coche 'normal´, para llegar a cifras como estas, hay que desconectar los sistemas de seguridad, mantener el motor a las máximas vueltas y programar el ‘launch control’. ¿En este Tesla? No hace falta nada de eso. Te plantas silencioso y con total tranquilidad en un semáforo, y cuando se pone en verde te limitas a pisar a fondo el pedal del acelerador. El Tesla sale disparado a la velocidad del rayo, sin aspavientos ni escándalos de ningún tipo, dejando tras de sí al resto de atónitos conductores. Incluso los que van al volante de deportivos de relumbrón. 

Pero claro, esto es placer de un instante. Porque el Tesla solo es capaz de llegar a estas cifras de aceleración la primera vez; luego la va atenuando. Ojo, se siguen manteniendo en niveles de auténtico deportivo, pero está claro que la aceleración inicial solo está pensada para situaciones puntuales, nunca se utiliza en un uso ordinario del día a día. Con todo, solo lo permitimos por ser eléctrico: si un Porsche 911 o un modelo AMG mermaran sus prestaciones con el uso, nunca hubieran aprobado uno de nuestros test. 

Aparte de las prestaciones puras, los cierto es que el P85D permite un uso diario de lo más normal, incluso rutinario. Y ojo, porque su diseño tipo coupé de techo inclinado y ausencia de marcos en las puertas, así como un interior bien acabado y con un equipamiento tecnológico destacable, aportan algo de picante a esa rutina diaria. 

Dentro del Tesla Model S P85D

Hablamos ahora del interior: llama la atención su gigantesca pantalla en la consola central de 17 pulgadas. Hasta hace no mucho, las televisiones de muchos salones tenían esa medida. Pero hablamos de una pantalla que hace mucho más que aquellos televisores: prácticamente todo el coche se puede controlar desde aquí. No solo el equipo de audio o el navegador, el clima o el teléfono: también los faros, el techo deslizante y mucho más. Y es que hay que cambiar de mentalidad: olvida los mandos de las luces o el botón de arranque. Aquí hay se aplica lo mismo que en los Smartphone: los botones sobran. Todo es táctil. 

Delante, el espacio es desahogado y los asientos muy cómodos, y la posición al volante más que correcta. Detrás no podemos decir lo mismo. Debido a la inclinada línea del techo el espacio para la cabeza es limitado, y por ello la banqueta va en una posición más baja de lo normal. No es una buena idea, porque obliga a los adultos más altos a llevar las piernas demasiado flexionadas. 

Pero en lo que realmente impresiona este Tesla es en el comportamiento: ni una sola reacción nerviosa, en ningún momento te hace sentirte inseguro. Todo tiene un ajuste limpio, y eso que la suspensión neumática podría ser más sensible. 

Por un P85D totalmente equipado Tesla pide en Alemania 111.300 euros, y eso incluye recargas de por vida en los puestos Supercharger de la marca. En Alemania, donde lo hemos probado, ya hay 46 puntos. En España solo uno, en Gerona, pero hay planeada una extensión por Madrid y el sur del país.

¿Buscas otro punto de vista? Mira la prueba del Tesla Model S P90D de nuestros amigos de Top Gear.

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