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Prueba radical: Ferrari F12 tdf

El Ferrari F12 tdf de esta prueba es la evolución del F12 Berlinetta pesa 110 kilos menos y aumenta 40 CV, hasta los 780. Probamos de lo que es capaz esta bestia en el circuito de Fiorano. La mala noticia: la edición limitada a 799 unidades ya está vendida.

Nueve de la mañana, en el circuito de pruebas de Ferrari en Fiorano, Italia. Dos Ferrari F12 tdf esperan a ser exprimidos, las cámaras ya están colocadas, el sol brilla a 15 grados. Y yo estoy pletórico: voy a probar el GT de calle más potente, veloz, mejor, en definitiva, que ha creado nunca Ferrari. Esta es una prueba radical: Ferrari F12 tdf.

Una de las cosas que hacen que este encuentro sea tan especial es el hecho de que nunca volveré a tener la posibilidad de ponerme al volante de este bólido: su producción está limitada a 799 ejemplares, y ya están todos vendidos. Y es que este F12 contiene todo lo que se le puede pedir a un coche de competición, dentro de un coche de carretera. La denominación tdf viene de Tour de France, en el que los italianos fueron exitosos en los años 60. Y Ferrari lo ha vuelto a hacer: más CV, menos peso, más competición. Este bólido lleva bajo su capó de carbono el hasta ahora V12 más potente de calle. Y decimos hasta ahora porque, mientras en el F12 Berlinetta rinde 740 CV, en este tdf llega a los 780. El colector de geometría variable es uno de los artífices del milagro.

Un cambio fulminante

El cambio de doble embrague con siete velocidades del F12 Berlinetta también ha sido modificado. La velocidad de inserción aumenta un 6%, que llega al 30% en las marchas más altas. Esto incide, por supuesto, en su capacidad de aceleración. De 0 a 100 km/h en menos de tres segundos, los 200 los alcana en 7,9. Y, aunque ahora lleva desarrollos más cortos, no le impide llegar a los 340 km/h. No menos brutal es su capacidad de retención, gracias a los frenos carbocerámicos que hereda del LaFerrari.

f12 tdf

La marca también se ha aplicado a fondo en la aerodinámica y el peso. De los 1.525 del Berlinetta, extrae 110. Eso logra una relación peso potencia de 1,8 kilos/CV, entre un LaFerrari (1,4) y un Porsche 918 Spyder (1,9). El rendimiento en el túnel del viento es aún más radical. Y eso es gracias a unos bajos aún más cerrados y un avanzado difusor. Junto con este actúan los aireadores del espoiler delantero, logrando una presión al asfalto sorprendente.

Aerodinámica de competición

Otros elementos que logran reducir la resistencia al aire son unos pequeños flaps tras los discos traseros, y una luna posterior cóncava. Todo está pensado al milímetro. Los cambios en su diseño son tan radicales que en Ferrari hablan de un modelo totalmente nuevo con respecto al Berlinetta. Y estrena el sistema Presso Corto, que consiste en un eje trasero direccional. Permite ajustar las ruedas posteriores con flexibilidad, para poder lograr el ángulo óptimo de apoyo (máximo 1,5 grados) en función del recorrido de giro del volante y la velocidad. El resultado es mayor velocidad por curva y una mayor fidelidad en la trayectoria.

f12 tdf morro

¡Arrancamos!

En el eje delantero lleva ruedas más grandes, unas Pirelli de 275 en lugar de las 255 del Berlinetta. Pero dejémonos de palabrería: entro en su habitáculo, donde la palabra confort no tiene lugar. Los baquets son duros y agarran al máximo, no hay alfombrillas pero sí mucho carbono a mi alrededor. La marca me concede seis vueltas: una para practicar, cuatro para rodar al máximo y la última para enfriar la máquina. El manettino del volante me permite seleccionar diversos modos de conducción. Selecciono Race.

f12 tdf

El control de tracción y el ESP permanecen activos. Voy a comprobar si los dos segundos que prometen que le saca al Berlinetta son reales o una quimera. Piso el acelerador y la reacción es fulminante: salgo, literalmente, catapultado. El velocímetro pasa en pocos segundos de 100 a 200 km/h, en las curvas cerradas siento cómo la electrónica trabaja esforzadamente. En cuanto la zaga se insinúa un poco, la tecnología se encarga de devolverla a su sitio. En las rectas el V12 aúlla desatado, los cinco diodos rojos del volante parpadean, llego a las 9.000 revoluciones en cada cambio de marcha. Los tiempos de inserción están al nivel de un coche de competición, puedo apurar a esta bestia antes de cada giro gracias a los portentosos frenos del LaFerrari.

Llego a la tercera vuelta. Desconecto el ESP y el control de tracción. Apenas subvira, de lo que me tengo que ocupar es de gestionar los sobrevirajes. La ligera zaga me exige más trabajo al volante, pero nunca me pone en aprietos ni me hace temer que vaya a perder el control sobre el coche. Y llega la última vuelta. Vuelvo a activar el CT y el ESP, circulo con absoluta tranquilidad, la bestia se convierte en un animal domesticado. Y estas han sido la seis única vueltas que podré dar en toda mi vida al volante de este bólido. Afortunados los 799 que podrán escaparse a un circuito cada fin de semana. Tienen entre manos algo realmente único.

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El Ferrari F12 tdf de esta prueba es la evolución del F12 Berlinetta pesa 110 kilos menos y aumenta 40 CV, hasta los 780. Probamos de lo que es capaz esta bestia en

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