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Prueba: Porsche Cayman GT4 2015

Preparado para circuito... Y para carretera. Llega la prueba del Porsche Cayman GT4, el más eficaz de cuantos hemos probado hasta la fecha.

¡Pero bueno! ¿Hay inflación de modelos GT en Porsche? Hace nada ya nos había vuelto locos el GT 3 RS en el Salón de Ginebra, y ahora tenemos entre nuestras manos el Cayman GT4. Has leído bien: esta es la prueba del Porsche Cayman GT4.

La primera sorpresa llega antes de subirse: ¿se trata realmente de un Cayman de calle? Más bien, parce el último concebido para correr en el Porsche Cup: el morro y la zaga se han modificado para mejorar la aerodinámica y la circulación del aire, las branquias laterales delatan que su motor central es una cosa muy seria y necesita muuuuucho oxígeno.

El alerón trasero de plástico reforzado con fibra de carbono se encarga del efecto suelo para mejorar el agarre, y la carocería se asienta en un chasis de celda en aluminio que proporciona suficiente rigidez como para que la zaga no se nos ponga perpendicular a la carretera cada que vez que piso el acelerador.

Ahora, el conjunto se ha rebajado 30 milímetros, los nuevos espoilers aumentan la longitud en 34 y vas 18 más cerca del asfalto.

Pero dejémonos de descripciones y pongámonos al volante. Antes de empezar la prueba, permitidme que me deleite con lo que me rodea: baquets de piel heredados del Porsche 918 Spyder, un volate ergonómico con el diámetro reducido de 370 a 360 milímetros…

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Suena muy deportivo todo. Pero no tanto como el motor cuando arranco, que confirma todo lo prometido. Un bramido helador me recuerda que detrás de mí empuja un 3,8 litros atmosférico tomado del Porsche 911 Carrera S, esperando que permita desbocarse a sus 385 CV y 420 Nm de par sobre las ruedas traseras.

De modo que… ¡Al ataque! Después de solo 4,4 segundos, ya voy a 100 km/h, y en solo 14,5 vuelo a 200. Y no ceja en su brío hasta poco antes de los 300, concretamente a 295 km/h. A partir de las 4.000 vueltas, el bóxer de este Cayman es una auténtica fiera rabiosa, que no deja de empujar con todas sus fuerzas hasta casi las 8.000 vueltas.

Una vez en circuito este Porsche Cayman GT4 deja claro que, aunque está concebido para calle, siempre está listo para competir. Donde otros deportivos tienen dirección, en este GT4 encontramos un escalpelo de precisión que nos permite cortar donde queremos en cada curva y a velocidad fulminante. Los enormes frenos cerámicos opcionales (41 cm de diámetro delante, 39 detrás) me permiten frenar mucho más tarde que cualquier deportivo convencional y clavan a este bólido, literalmente, al asfalto, a través de sus ruedas de 20 pulgadas. Para la salida de las curvas, su diferencial autoblocante logra que nos propulsemos con inusitado ímpetu y permite incluso jugar controladamente con la zaga. ¿Quieres más pruebas de su eficacia en circuito? La vuelta a Nordschleife la hizo en solo 7:40 minutos.

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Preparado para circuito... Y para carretera. Llega la prueba del Porsche Cayman GT4, el más eficaz de cuantos hemos probado hasta la fecha.

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