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Prueba nuevo Toyota GT86 2017: el 'niño mimado' se renueva

Primera prueba del nuevo Toyota GT86 2017, que presenta una actualización estética tanto dentro como fuera, aumenta su rigidez y añade cambios en suspensiones, además de novedades electrónicas. AUTOBILD.ES le ha sacado todo el jugo en las frías carreteras de Laponia (Finlandia).

Aquí tienes la primera prueba del nuevo Toyota GT86. Del primer GT86 se han vendido desde que fuera lanzado en 2012 un total de 170.000 unidades, de las que el 10% corresponde a Europa. Aunque en la marca japonesa estaban muy orgullosos del rendimiento logrado, había llegado el momento de recibir una actualización, que, todo sea dicho, le ha sentado muy bien.

No te pierdas este vídeo: Un Toyota GT86 de ¡1.000 CV!

Sea como fuere, la imagen del nuevo Toyota GT86 2017 no supone un cambio radical con respecto al original, sino que “madura en su estilo”, según palabras de los propios responsables del gigante japonés. Y es que, aunque el GT86 es en realidad un modelo de nicho habida cuenta los volúmenes de ventas de sus hermanos de gama, lo cierto es que en el coupé japonés Toyota ha puesto todo su mimo y dedicación. No en vano, el GT86 es el modelo con el que Toyota quiere demostrar que también sabe construir coches divertidos, una estrategia marcada por el propio presidente de Toyota, Akio Toyoda, quien ha afirmado en este sentido que “si no se disfruta al volante, no es un coche”. Es más, los responsables de Toyota afirman que mucho de lo aprendido y desarrollado en el nuevo GT86 se ha aplicado a los recientes lanzamientos de la marca japonesa, como el nuevo Prius o el flamante C-HR. En este vídeo puedes conocer los principales cambios que ha recibido el nuevo Toyota GT86 2017. ¡Dale al play!

A nivel exterior, los cambios estéticos se pueden encontrar en la parte frontal, con una parrilla más ancha y rebajada, y unos nuevos faros con lámparas bi-LED y que ahora integran los intermitentes. La zaga del GT86 también cambia, pues ahora resulta más deportiva, a lo que contribuyen los grupos ópticos posteriores, así como el nuevo alerón. Otro cambio destacado del exterior son las nuevas llantas de 17’’ de 10 radios.

En el interior del nuevo GT86 2017 destaca el puesto de conducción, en especial el volante, con un diámetro 3 mm menor y con el logo 86 ahora en color plata en el centro del mismo, así como mandos para controlar la nueva pantalla multimedia de 4,2’’. También resalta la nueva instrumentación que incorpora subpantallas, de modo que además de la temperatura del aceite, se puede consultar las fuerzas G, curvas de potencia y par, e incluso cronómetro para medir los tiempos por vuelta. 

Nuevo GT86 2017: carrocería más rígida

Cabe reseñar que el nuevo Toyota GT86 2017 ha recibido mejoras aerodinámicas, así como en la carrocería para aumentar su rigidez, como un soporte de montaje más grueso para las torretas de la suspensión delantera, un refuerzo más contundente en el componente cruzado de la transmisión y refuerzos adicionales en los pasos de rueda delanteros y traseros. 

En cuanto a la mecánica del GT86 2017, ésta no cambia: sigue siendo el motor 2.0 Bóxer de origen Subaru, de cuatro cilindros 200 CV, asociado a un cambio manual de 6 velocidades o automático, que cubre el 0-100 km/h en 8,2 segundos (7,6 segundos con la caja automática). Lo que sí es novedad son las mejoras introducidas en el control de estabilidad VSC, al introducir el nuevo modo Track (circuito). Este nuevo modo es el resultado de la experiencia y los datos obtenidos durante la participación en las 24 Horas de Nürburgring –certamen en el que el GT86 resultó ganador de su clase en 2014–, por el que se han introducido ajustes finos en los distintos sistemas electrónicos, incluidos el ABS y el control de tracción. En este sentido, el modo Track (modo Circuito), que se activa por medio de un botón situado debajo de la palanca del cambio, ajusta el VSC (control electrónico de estabilidad), es decir, la intervención de los distintos sistemas electrónicos se ‘retiran’ parcialmente, de modo que el conductor pueda aplicar su propia habilidad al volante, pero con la ‘tranquilidad’ de seguir contando con la ayuda de este ángel de la guarda. En cualquier caso, si se quiere disfrutar de la conducción pura sin ayudas de ningún tipo, basta con pulsar otro botón que desactiva todos los controles… y a divertirse.

Al volante del nuevo Toyota GT86 2017

¿Qué prefieres?, ¿Par motor o revoluciones? En tu respuesta está la clave de si te va a interesar un coche como este Toyota GT86 o no.  El nipón ha pasado de puntillas por una actualización que, sin embargo, ha dejado invariado (y eso es una buena noticia) su carácter de deportivo purista. Dicho de otra forma: sigue siendo fiel a los ingredientes con los que sorprendió a todos en 2012 y simplemente ha madurado en unos pocos aspectos estéticos y otros de equipamiento. ¿Su esencia? Apunta un motor bóxer atmosférico de 200 CV, situado sobre el eje delantero, tracción trasera con un efectivo autoblocante mecánico, dirección directa y rápida y un cambio manual de recorridos cortos y precisos (existe una caja automática de también seis relaciones que no la recomiendo en absoluto).   

Con semejante plantel, y si sigues leyendo estas líneas, es que te va la marcha y a ti lo que te gusta es conducir. Estás de enhorabuena, porque de eso este Toyota sabe y bastante. Me incrusto en sus asientos y solo tengo buenas palabras para su postura de conducción, que te deja muy cerca del suelo. El volante es pequeño, va muy vertical y a la distancia perfecta. Todo está a mano y la única pega que tengo mientras intento sacarlo del garaje es la visibilidad trasera. Pero bueno, es un deportivo y no deja de ser un típico hándicap de este tipo de carrocerías. El sonido que llega a mis oídos está lejos de apasionarme. Los dos enormes 
tubarros de escape que luce la trasera de este GT86 parecían anunciar una sinfonía mucho más potente, pero no hay nada de eso. 

Me pongo en marcha. Las suspensiones son duras, pero se me antoja que hacer kilómetros con este chasis está no va a ser una tortura. Un Alfa 4C o un Lotus Elise, modelos que juegan en la misma liga, sí que ponen en aprietos el confort de tu espalda. En cambio, este japonés rueda mucho más relajado. Y eso que Toyota ha presentado una carrocería más rígida, con refuerzos adicionales en las torretas de la suspensión delantera, la transmisión y en los pasos de rueda. El trabajo se ha hecho a conciencia, porque se ha reducido el peso hasta dejarlo en 1.300 kilos.

Elijo un horizonte lleno de curvas y me dispongo a comprobar si los 200 CV de su motor bóxer son capaces de hacérmelo pasar en grande. Activo el modo Track al lado de la palanca de cambios (relaja las ayudas electrónicas) y piso a fondo. El acertado escalonamiento de la caja de cambios permite que el motor suba bien de vueltas en las relaciones cortas (la sexta, por ejemplo, es mucho más larga). Pero no hay que llevarse a engaños. Este bloque atmosférico gusta de girar muy alto de vueltas para dar lo mejor de sí mismo. De hecho, el modesto par máximo (205 Nm) lo consigue a partir de un régimen de 6.400 vueltas, mientras que la potencia de 200 CV queda fijada en las 7.000. Con estos datos, te puedes hacer a la idea de dónde está la zona buena de este cuatro cilindros bóxer. Obviamente, a semejante ritmo de giro el consumo se dispara, pero la diversión se multiplica por cuatro, sobre todo, porque la trasera tiene una tendencia genética a moverse y eso te va a hacer trabajar un poco al volante. Y es que este GT86 es un driftero incondicional. Además, sus neumáticos también favorecen esta respuesta. Y lo mejor es que las espantadas del eje trasero se pueden controlar de una forma sencilla con el volante y sin que tengas que tener las manos de Ken Block (el modo Track siempre va a funcionar a modo de ángel de la guarda, velando para que tus excesos queden en nada). 

Bajo el ritmo. Después de ventilarme tres cuartos de depósito creo que ya es suficiente por hoy. Este pequeño deportivo tiene algo que me enamora. Hay rivales más sofisticados (un BMW 220i Coupé), más potentes (un Nissan 370Z) o más puristas (un Lotus Elise), pero este pequeño japonés puede que sea una combinación ideal de coche divertido, equilibrado y con un precio que no es excesivo. Es cierto que a bajas vueltas no tiene la chispa que uno puede esperar de un coche ligero de 200 CV (un pequeño turbo solucionaría este hándicap), pero cuando pasas de las 5.000 vueltas se convierte en una máquina de provocar sonrisas y subir la adrenalina.. 

Sea como fuere, el nuevo Toyota GT86 –del que ya se admiten pedidos y cuyo precio parte de 32.990 euros ; 34.990 euros con cambio automático– es un juguete bien divertido que saca el niño que todos llevamos dentro. Si estás pensando en comprar un coche nuevo, échale un vistazo a nuestro recomendador de coches para descubrir rápidamente qué coche comprar.

Valoración

Nota9

Primera prueba del nuevo Toyota GT86 2017, que presenta una actualización estética tanto dentro como fuera, aumenta su rigidez y añade cambios en suspensiones,

Lo mejor

Es un juguete bien divertido que saca el niño que todos llevamos dentro

Lo peor

visibilidad trasera

sonido que llega a mis oídos está lejos de apasionarme

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