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Prueba del Ford Galaxy 2016: con él, lo que surja

Probamos el Ford Galaxy que, tras las últimas actualizaciones, une su tamaño colosal y su versatilidad a una dinámica ahora incluso mejor.

Esta versión que he probado del Ford Galaxy es la top. No se le puede poner nada más al nuevo monovolumen grande de Ford del que, seguro, seguirá moviéndose con solvencia en las versiones menos potentes de este motor 2.0 TDCi (de 180 y 150 CV). Esta debe su mayor entrega a un doble turbo. Sin embargo, no es el comportamiento del motor, suave y silencioso, en todo caso, lo que más contribuye al dinamismo excepcional de este monovolumen XXL. En carretera, lo esperado: ruedas con él a 120 km/h a tan solo 2.200 rpm y sin percibir vibración o ruido alguno en el habitáculo. A partir de ahí, la reserva de potencia permite subir la velocidad con alegría, aunque no esperes salir disparado con un coche que pesa más de 1.700 kg.

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Por eso, sí que te sorprenderás con lo bien que se porta en carreteras reviradas este nuevo Ford Galaxy, donde la nueva suspensión trasera independiente, cuyos amortiguadores puedes además calibrar en las posiciones Confort, Normal y Sport para lograr que su comportamiento te haga olvidar que vas en un monovolumen de siete plazas reales. La dirección asistida eléctrica también se ajusta con estos programas y, en las curvas, el sistema de compensación de envío de par Torque Steer Compensation también te quita bastante trabajo.
Si sumas a todo eso que Ford te obliga a montar con este motor el cambio de doble embrague Powershift en este Ford Galaxy de la prueba, que tiene un funcionamiento excelente, además de una posición Sport que hace el salto de marcha más rápido, no te extrañará si te digo que me fastidió no tener un viaje que hacer con la familia la semana que probé este coche.  Por otro lado, los asientos Multi-Contour del Ford Galaxy, con apoyo lumbar y en la unidad de esta prueba revestidos de un delicioso cuero perforado con calefacción, ventilación y función masaje –todo ello cuesta 2.650 euros-, ayudan lo suyo a que la experiencia a bordo sea, cuanto menos, agradable.
 



El puesto de conducción del Ford Galaxy tampoco desmerece, dotado de toda la tecnología de que Ford dispone, con un cuadro de mandos digital en el que puedes visualizar cantidad de información y ajustar los menús a tu gusto y una interfaz central importada de los modelos de lujo Vignale. El habitáculo del Ford Galaxy está repleto de huecos, algunos tan XXL como el propio coche, como el que hay sobre el salpicadero, la guantera o bajo los asientos. En los pequeños de las puertas puedes colocar sin problema una botella de 1,5 litros. Considero un detallazo que Ford instale de serie un espectacular sistema de sonido como el que lleva este coche, con 12 altavoces, un ecualizador de cinco bandas y una calidad acústica sencillamente impecable. Lo que no me cuadra es que pidan por el pack HiFi Luxury, con solo este equipo, una pantalla de 8” en el salpicadero y el aparcamiento asistido 1.000 euros. El Galaxy de esta prueba llevaba toda la batería electrónica de última generación: con asistentes para estacionamiento lateral y en batería incluidos.

No tengo nada que objetar a ayudas tecnológicas de Ford en cuanto a seguridad, como el avisador de ángulo muerto o el de mantenimiento de carril que funcionan a la perfección, al igual que el sistema de cámara frontal partida, que te proporciona una visión de 180 grados desde el frontal del coche y resulta muy útil para salir de una plaza, pero no puedo decir lo mismo de los propios asistentes de estacionamiento. Una hora estuve escaneando huecos de una vez y media el tamaño de este Galaxy sin que el Side Parking Aid los viera como buenos y más o menos la misma poca ayuda puedes esperar del Active Park Assist, que te debería facilitar los estacionamientos en paralelo. Seré bueno y les pondré una nota como las de la EGB: necesitan mejorar. Yo no pagaría por ellos, aunque en todo caso va a ser difícil que este Ford Galaxy no se vaya a cerca de 40.000 euros en cuanto pongas unos cuantos extras. Por suerte, el más imprescindible a mi juicio -la dirección adaptativa- solo cuesta 500 euros.

Sin unos cambios radicales en su concepción o en su interior, Ford ha logrado una mejora tan profunda en el nuevo Galaxy que, como digo en el título de esta prueba, lo convierte en un coche bueno para todo. A pesar de su tamaño, es ágil gracias al nuevo chasis y su dirección adaptativa te facilita tanto las maniobras que, salvo por los casi cinco metros de largo, parece que llevas un compacto. Lo único que no me gusta es su rango de precios; diría que a Ford se le fue ahí un poco la mano.

En nuestro comparador de seguros hemos calculado lo que costaría asegurar un Ford Galaxy. Para calcular el precio, tomamos como referencia un hombre de 30 años, con 10 de antigüedad de carné y sin siniestros, que vive en Madrid, utiliza el coche a diario, aparca en un garaje colectivo y recorre hasta 20.000 kilómetros al año. Con estos datos, el seguro a todo riesgo más recomendable por su calidad-precio lo ofrece Balumba, por 654 euros.

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Valoración

Nota8

Probamos el Ford Galaxy que, tras las últimas actualizaciones, une su tamaño colosal y su versatilidad a una dinámica ahora incluso mejor.

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