Prueba: Mini John Cooper Works Cabrio 2016. ¡231 CV!
Un par de rondas con el nuevo Mini John Cooper Works Cabrio y uno ya se da cuenta de que este es un coche para tipos duros. El descapotable más rabioso de Mini se renueva para aportar aún más sensaciones. Prueba: Mini John Cooper Works Cabrio 2016.
El motor de 231 CV que lleva bajo el capó lo convierte en el juguete perfecto para niños grandes. Ningún Mini Cabrio había sido antes tan potente, tan rápido, tan dinámico. Ni tan caro: prepárate a desembolsar, como poco, 38.450 euros.
Pulso un botón del marco superior del parabrisas y en 18 segundos ya ruedo a cielo abierto. Puedo cerrar o abrir la capota circulando hasta 30 km/h. Los ya escasos 215 litros del maletero, en el caso del Cabrio, se reducen a 160. Para una escapada en pareja de fin de semana, mejor usar los asientos traseros. La visibilidad hacia atrás es casi nula, pero por suerte el asistente sonoro al aparcamiento es de serie.
El Mini JCW se distingue de las demás versiones por sus entradas de aire más grandes y su parrilla hexagonal de panal y una franja roja. Las luces de LED delante y detrás son de serie.
También los estribos y los pasos de rueda en negro. Dentro, la deportividad no queda tan patente. Unos asientos más deportivos, eso sí, con reposacabezas integrados, y el pedalier en acero pulido, así como las costuras rojas del volante multifunción, los asientos y la palanca del cambio.
El gasolina de dos litros turbo despierta con vehemencia, y extrae 20 CV más que el modelo anterior de solo 1,6 litros. También el par moto se incrementa en un cuarto hasta los 320 Nm, que tienes disponibles ya desde las 1.250 vueltas y no decaen hasta las 4.800.
El empuje ahora es más espontáneo, y eso se nota desde los primeros metros. En cifras, esto supone 6,6 segundos para pasar de 0 a 100 km/h y 6,1 para recuperar de 80 a 120 km/h. La velocidad punta es de 242 km/h.
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El Mini JCW lleva de serie un chasis deportivo que incluye un diferencial autoblocante electrónico, control de tracción y frenos Brembo. Traducido en experiencia de conducción: se pega al asfalto con uñas y dientes, y con su dirección ultraprecisa, rápida y comunicativa, pasa por las curvas como si fuera sobre raíles. Pero también permite una conducción relajada, en ningún momento llega a ser especialmente incómodo. Quien quiera algo más radical, eso sí, puede optar por los amortiguadores dinámicos opcionales.
El cambio Steptronic Sport de 6 velocidades no es imprescindible, pero inserta más rápido, es más cómodo y permite reducir el 0 a 100km/h en una décima. Además, reduce el consumo en medio litro. Con el cambio manual, el consumo oficial es de 6,5 litros, aunque en la práctica seguro que son unos poco más.
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Valoración
0Es el Mini Cabrio más potente, veloz y deportivo de todos los tiempos. Lo hemos comprobado al volante y a cielo abierto. Prueba: Mini John Cooper Works Cabrio 2016.
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