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Opel Monza: prueba exclusiva

Probamos en exclusiva el Opel Monza. Con este coupé extremadamente bonito, Opel muestra el camino que podría tomar en el futuro. El Monza da pie al optimismo, como demuestra nuestra prueba de conducción.

Con un leve susurro, las puertas basculantes se cierran. Una ligera presión al botón y despierta el paisaje del puesto de conducción con todos los colores del arco iris. El conductor se siente casi como si acabara de aterrizar en el rodaje de una película de ciencia ficción. Bienvenidos al futuro, el día de mañana de Opel. El Opel Monza ya ha paseado por la alfombra roja del Salón de Frankfurt 2013, que debe representar el nuevo espíritu del fabricante de Rüsselsheimer y darle una nueva cara. Apenas ha cerrado sus puertas el evento, y empieza la segunda vida del Opel Monza. Ahora debe demostrar que no es solo carne de salón de automóvil, sino una visión realista de los futuros modelos de la marca.

“Nuestro equipo de diseño tenía el compromiso de que la cara del Opel Monza debía anticipar la del siguiente Insignia”, comenta el presidente de Opel, Karl-Thomas Neumann, con un brillo en la mirada. Hacía tiempo que no veíamos ese brillo en la cara de un alto ejecutivo de la marca alemana. Neumann ha luchado en la casa madre, General Motors, para tener libertad de decisión en el saneamiento de Opel. Nuevos modelos como el Opel Adam y el Opel Mokka han entrado con buen pie entre la clientela. El Opel Monza ha añadido otro soplo de aire fresco. “La reacción del público del Salón de Frankfurt ha sido realmente entusiasta”, cuenta Neumann.  Pero Opel lo que tiene que hacer es vender. Y como prueba de que piensa hacerlo, ha invitado a nuestros compañeros de AUTOBILD Alemania como primera revista de automóviles que se sienta tras el volante del Monza. Claro que el coupé es un modelo de exposición, sin los estándares de un coche de serie. Pero es su fase de prototipo muestra muy bien cómo va a proceder Opel en el futuro. Para empezar, entrar en el habitáculo es más cómodo de lo que hacía presagiar su bajísima silueta.  

Diseñadores y técnicos han pensado mucho en esto, y han desplazado el motor para poder situar el puesto de conducción 15 centímetros más bajo que en otros coches. Por eso, el Monza ofrece tanto espacio detrás como un Opel Insignia de ahora, aunque se trate de un compacto. Un mensaje claro: grande por fuera y estrecho por dentro como el actual Astra, nunca más. Opel muestra un nuevo estándar. 

Y el motor es tanto o más futurista que el diseño. La técnica proviene principalmente del Opel Ampera, esto es: motor de gasolina, motor eléctrico y un cable para conectar a la red eléctrica. Pero en lugar de los añejos cuatro cilindros de GM, el Opel Monza monta un tres cilindros totalmente nuevo, que desde este otoño veremos impulsando al pequeño Opel Adam. Para mejorar las emisiones de CO2, el del prototipo funciona con gas natural. 

En silencio, y con el elevado par de su motor eléctrico, el Opel Monza se pone en movimiento y demuestra que el mundo está cambiando. Lo de “aún más potente, aún más rápido” ya no basta hoy en día. Ahora priman otros estándares en la diversión y el lujo: rodar en silencio y moverse en modo eléctrico entre el tráfico de tu ciudad. Suena futurista, pero ya es el presente.

Como la distribución del puesto de conducción. Ningún fabricante tiene todavía de cómo integrar internet en un coche sin problemas ni contratiempos. “Opel quiere adoptar un rol referencial en este tema en el futuro”, promete Neumann. El Monza muestra qué apariencia podría tener. En lugar de diferentes monitores, en este coupé todo el puesto de conducción es una pantalla. Por primera vez, un fabricante usa proyección de LED  a bordo de un coche, de manera que pueden aparecer diferentes símbolos e informaciones en cada situación. Los gráficos 3D están muy logrados y reflejan todas las funciones importantes de información precisa para el conductor del vehículo y opciones de comunicación e Internet, así como elementos decorativos.

Es una solución tan perfecta, que uno se pregunta cómo es posible que ningún fabricante haya caído en algo así, aun cuando quede todavía mucho camino que recorrer para verlo en un coche de serie. Opel nos muestra claramente lo que nos espera en lo que se refiere a interiores.

Algunos datos como los de la navegación o motor sólo aparecen cuando es necesario o se desean. De esta forma, los conductores pueden utilizar una amplia gama de información sin ser abrumados por textos o imágenes. Esto también hace del Concepto Monza un modelo de futuros sistemas HMI (Human-Machine-Interface/Interacción Hombre-Máquina),

Tras media hora nuestra prueba del Monza llega a su fin. ¿Qué queda de la primera impresión? Que Neumann tiene muy claro cómo quiere posicionar a la marca. Y ha logrado contagiarnos el optimismo que desde hace tiempo habíamos perdido respecto al futuro la marca. El Opel Monza ha cumplido su misión. Sin hacer ruido, y con un mensaje que todos hemos entendido.

Primera prueba del Opel Monza: conclusión

El Opel Monza muestra claramente hacia dónde se dirige Opel (ya aventuró AUTO BILD que el  Opel Monza concept era el futuro de la marca). Totalmente conectado, funcional y amigable con el medio ambiente: una receta que podría ser exitosa. Pero, sin duda, el mensaje más importante es que Opel, de nuevo, tiene un futuro por delante.

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